I give thanks for the life and witness of President Jimmy Carter, who has died at the age of 100. He was a devoted peacemaker and steadfast public servant whose faithful labor for his country, his church, and the cause of global democracy and human rights has long been an inspiration to Christians across the world.
As a politician and humanitarian leader, President Carter met adversity with resilience and never relented when he saw an opportunity to serve. Whether seeking peace in the Middle East, leading the international campaign to eradicate Guinea worm disease, or building houses with Habitat for Humanity, he eschewed wealth and celebrity in favor of service to God and his fellow humans.
In 2002, he was awarded the Nobel Peace Prize “for his decades of untiring effort to find peaceful solutions to international conflicts, to advance democracy and human rights, and to promote economic and social development.” His legacy will live on through The Carter Center, which he founded with his beloved wife, Rosalynn, and which continues the selfless work they did throughout their lives.
When Jimmy Carter took the oath of office to become the 39th president of the United States in 1977, he did so on a family Bible laid open to Micah 6:8. The nation was hurting and divided in the wake of scandal, and to set forth a new vision, he read the words of the prophet: “He hath showed thee, O man, what is good; and what doth the Lord require of thee, but to do justly, and to love mercy, and to walk humbly with thy God.”
May we follow his example of Christian service, and may his soul and the souls of all the departed, through the mercy of God, rest in peace.
The Most Rev. Sean W. Rowe
Presiding Bishop
The Episcopal Church
Declaración de Sean Rowe, obispo primado de la Iglesia Episcopal, sobre la muerte del presidente Jimmy Carter
Estimado pueblo de Dios en la Iglesia Episcopal:
A principios de este mes, anuncié que había llegado a un acuerdo con el obispo Prince Singh que resolvió todos los asuntos del Título IV pendientes en su contra. Hoy les escribo para informarles que los asuntos relacionados con el Título IV pendientes contra el anterior obispo primado Michael Curry y el obispo Todd Ousley, quien fuera anteriormente obispo de la Oficina de Desarrollo Pastoral, han concluido con una respuesta pastoral en conformidad con el Canon IV.6.8(a) y el Canon IV.8. Según nuestros cánones disciplinarios, una respuesta pastoral puede incluir acciones que los demandados deben llevar a cabo, así como atender a los denunciantes y a otras partes perjudicadas.
Según los términos de esta respuesta pastoral, el obispo Curry acordó escribir una disculpa a los denunciantes, quienes alegaron que no supervisó adecuadamente las acusaciones contra el obispo Singh. El obispo Ousley también escribirá una disculpa a los denunciantes, quienes alegaron que no les brindó atención pastoral oportuna ni concluyó una investigación inicial oportuna sobre las acusaciones contra el obispo Singh. Además, el obispo Ousley concluirá su capacitación en los cánones disciplinarios del Título IV, que yo prescribiré. Mi oficina también ofrecerá apoyo para atención terapéutica y espiritual a los denunciantes de conformidad con el Canon IV.8.1.
La decisión de concluir estos asuntos con esta respuesta pastoral fue tomada por un panel de referencia que incluía al obispo Nicholas Knisely, presidente de la Junta Disciplinaria para Obispos; la Rda. Barbara Kempf, admisora [o gestora]| de asuntos disciplinarios relacionados con los obispos, y yo después de convertirme en Obispo Primado. Tomamos esta decisión luego de revisar una investigación independiente que el panel de referencia, que anteriormente incluía al obispo Knisely, al obispo presidente designado Jim Mathes, y a la admisora designada Mary Sulerud, solicitó la primavera pasada y recibió a fines de septiembre. Les pido que sigan orando para que el poder de Dios aporte restauración y reconciliación a todos los implicados en esta penosa situación.
Muy cordialmente,
Obispo primado Sean W. Rowe