Presiding Bishop Michael Curry today offered the following statement:
Jesus said: “I give you a new commandment, that you love one another. Just as I have loved you, you also should love one another. By this everyone will know that you are my disciples, if you have love for one another.” (John 13:34-35)
In my years of ministry, I have personally seen and been blessed by countless LGBTQ sisters, brothers and siblings. Dear friends, the church has in like manner been blessed by you. Together with many others you are faithful followers of Jesus of Nazareth and his way of love. You have helped the church to be truly catholic, universal, a house of prayer for all people. You have helped the church to truly be a reflection of the beloved community of God. You have helped the church to authentically be a branch of the Jesus movement in our time.
Your ministries to and with this church are innumerable. I could speak of how you often lead our vestries, and other leadership bodies in the church. I could speak of how many of you organize our liturgies of worship, lift our voices in song, manage church funds, teach and form our children as followers of Jesus, lead congregations, ministries and dioceses. But through it all and above it all, you faithfully follow Jesus and his way of love. And in so doing you help the church, not to build a bigger church for church’s sake, but to build a better world for God’s sake.
During June, Americans and people around the world observe Pride. Today, as we mourn the 49 people who were murdered at the Pulse nightclub in Orlando three years ago, I am mindful that Pride is both a celebration and a testament to sorrow and struggle that has not yet ended. Especially this month, I offer special thanks to God for the strength of the LGBTQ community and for all that you share with your spouses, partners and children, with your faith communities, and indeed with our entire nation.
Comunicado del Obispo Presidente sobre el Mes del Orgullo honra a los episcopales LBGTQ
June 12, 2019
El Obispo Presidente Michael Curry, ofreció el siguiente comunicado:
Jesús dijo: “Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos”. (Juan 13:34-35)
En mis años de ministerio, he visto y sido bendecido personalmente por innumerables hermanas y hermanos LGBTQ. Queridos amigos y amigas, la iglesia ha sido bendecida de la misma manera por ustedes. Conjunto a muchos más, ustedes son fieles seguidores de Jesús de Nazaret y de su camino de amor. Ustedes han ayudado a la iglesia a ser verdaderamente católica, universal, una casa de oración para todas las personas. Ustedes han ayudado a la iglesia a ser un verdadero reflejo de la amada comunidad de Dios. Ustedes han ayudado a la iglesia a auténticamente ser una rama del movimiento de Jesús en nuestro tiempo.
Sus ministerios para con esta iglesia son innumerables. Yo podría hablar de cómo a menudo ustedes lideran nuestras juntas parroquiales y otros órganos de liderazgo en la iglesia. Yo podría hablar de cuántos de ustedes organizan nuestras liturgias de adoración, levantan nuestras voces en el canto, gestionan los fondos de la iglesia, enseñan y forman a nuestros hijos como seguidores de Jesús, lideran congregaciones, ministerios y diócesis. Pero a través de todas esas cosas y por encima de todo, ustedes siguen fielmente a Jesús y su camino de amor. Y al hacerlo, ustedes ayudan a la iglesia, no tanto a construir una iglesia más grande solo por el mero hecho de hacerlo, sino que ayudan también a construir un mundo mejor por el amor de Dios.
Durante junio, los estadounidenses y las personas de todo el mundo observan el orgullo. Mientras lloramos a las 49 personas que fueron asesinadas en el club nocturno Pulse en Orlando hace tres años, estoy consciente de que el orgullo es a la vez una celebración y un testamento del dolor y la lucha que aún no han terminado. Especialmente este mes, ofrezco un agradecimiento especial a Dios por la fortaleza de la comunidad LGBTQ y por todo lo que comparten con sus cónyuges, sus parejas e hijos, con sus comunidades de fe, de hecho, con toda nuestra nación.