During the concluding business session of its virtual fall meeting Sept. 19-22, the House of Bishops of The Episcopal Church adopted the following statement:
STATEMENT ON THE ACCOUNTABILITY OF BISHOPS FROM THE HOUSE OF BISHOPS OF THE EPISCOPAL CHURCH | SEPTEMBER 22, 2023
We, the House of Bishops of The Episcopal Church, meeting online September 19-22, 2023, wish to express our heartfelt prayers, well-wishes, and love to the Most Reverend Michael B. Curry, Presiding Bishop and Primate of The Episcopal Church, and his family. We fervently pray for his continued healing and restoration to health and wholeness.
Our time together in candid conversation and in fervent prayer has reminded us of how profoundly the love of God in Jesus knits the whole Church together as the Body of Christ, empowers us for service to God’s mission, and calls us to accountability one to another. We acknowledge the disappointment, pain, and grief felt across The Episcopal Church, and in any diocese, regarding the issue of moral, ecclesiastical, and pastoral accountability for bishops. The pain is absolutely real and urgent, both in the dioceses specifically affected by recent cases, and in cases where the recent complaints have recalled prior traumas elsewhere.
Jesus said how we relate to those who are most vulnerable is how we relate to him (Matt. 19:14, 25:40). As disciples of Jesus and servants of the people of God, we acknowledge the imperative to exercise our responsibility as bishops justly, faithfully, and after the example of our Savior. Each of us in this House has taken a vow to defend those who have no helper.
In the spirit of accountability and seeking to move closer to Beloved Community, we fully support the calling of the Reverend Barbara Kempf as the Title IV Intake Officer for Bishops. We also acknowledge and affirm the involvement of bishops, clergy, and laity in the disciplinary process for bishops. We are thankful that the Presiding Bishop has called on the Standing Commission on Structure, Governance, Constitution and Canons to review the Title IV disciplinary process, listen to the concerns and hopes of the church, identify what has worked and what needs improvement, and make recommendations to the next General Convention.
We understand that when any bishop breaks the trust placed in us by the church, the Body of Christ suffers. We are called to be wholesome examples to the flock and proclaimers of the Good News of Christ to all the world. Trusting in the power of the Holy Spirit and the grace of God, we commit to each other and to the whole Church that we will do our part in the work necessary to bring about the authentic changes our church needs “to walk in love, as Christ loved us and gave himself for us, an offering and sacrifice to God.”
A COMMITMENT TO THE CHURCH
The way of love in community always calls us to establish holy boundaries and commit to mutual accountability. To this end, we, the bishops of The Episcopal Church, pledge to continue the long-term work of accountability. We understand this work involves canonical, cultural, and relational dimensions.
We pledge to work with each other, with the House of Deputies, and with leaders across the church to protect the vulnerable, respecting the dignity of every human being.
We pledge to hold each other accountable to standards of conduct set by our ordination vows and the Baptismal Covenant, striving, with God’s help, to exercise the responsibilities of servant leadership modeled by Jesus.
Cámara de Obispos aprueba declaración sobre rendición de cuentas
Durante la sesión de trabajo final de su reunión virtual de otoño del 19 al 22 de septiembre, la Cámara de Obispos de la Iglesia Episcopal aprobó la siguiente declaración:
DECLARACIÓN DE LA CÁMARA DE OBISPOS DE LA IGLESIA EPISCOPAL SOBRE LA RESPONSABILIDAD DE LOS OBISPOS | 22 DE SEPTIEMBRE DE 2023
Nosotros, la Cámara de Obispos de la Iglesia Episcopal, reunida de manera virtual del 19 al 22 de septiembre de 2023, deseamos expresar nuestras más sinceras oraciones, buenos deseos y amor al Rvdmo. Michael B. Curry, Obispo Presidente y Primado de la Iglesia Episcopal y a su familia. Oramos fervientemente por su continuo restablecimiento y su plena salud.
Nuestro tiempo juntos en diálogo sincero y en oración ferviente nos ha recordado cuán profundamente el amor de Dios en Jesús une a toda la Iglesia como Cuerpo de Cristo, nos capacita para el servicio en la misión de Dios y nos llama a rendir cuentas unos a otros. Reconocemos la decepción, el dolor y la pena que se sienten en toda la Iglesia Episcopal, y en cualquier diócesis, con respecto a la cuestión de la responsabilidad moral, eclesiástica y pastoral de los obispos. El dolor es absolutamente real y urgente, tanto en las diócesis específicamente afectadas por casos recientes, como en los casos en los que las recientes quejas han recordado traumas anteriores en otros lugares.
Jesús dijo que la forma en que nos relacionamos con los más vulnerables es la forma en que nos relacionamos con él (Mateo 19:14, 25:40). Como discípulos de Jesús y servidores del pueblo de Dios, reconocemos el imperativo de ejercer nuestra responsabilidad como obispos de manera justa, fiel y siguiendo el ejemplo de nuestro Salvador. Cada uno de nosotros en esta Cámara hemos hecho el voto de defender a los que no tienen quien los ayude.
Con un espíritu de responsabilidad y buscando acercarnos a la Amada Comunidad, apoyamos plenamente el llamado de la Rda Barbara Kempf como gestora del Título IV para los Obispos. También reconocemos y afirmamos la participación de los obispos, el clero y los laicos en el proceso disciplinario de los obispos. Agradecemos que el Obispo Primado haya pedido a la Comisión Permanente de Gobierno, Estructura, Constitución y Cánones que revise los cánones disciplinarios del Título IV, escuche las preocupaciones y esperanzas de la Iglesia, identifique lo que ha funcionado y lo que necesita mejorar, y haga recomendaciones a la próxima Convención General.
Entendemos que cuando cualquier obispo viola la confianza que la iglesia ha depositado en nosotros, el Cuerpo de Cristo sufre. Somos llamados a ser ejemplos sanos para el rebaño y proclamadores de la Buena Nueva de Cristo a todo el mundo. Confiando en el poder del Espíritu Santo y la gracia de Dios, nos comprometemos unos con otros y con toda la Iglesia que haremos nuestra parte en la labor necesaria para lograr los auténticos cambios que nuestra Iglesia necesita «para caminar en el amor, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios».
UN COMPROMISO CON LA IGLESIA
El camino del amor en comunidad siempre nos llama a establecer límites sagrados y a comprometernos con la mutua responsabilidad. Con este fin, nosotros, los obispos de la Iglesia Episcopal, nos comprometemos a continuar la labor de rendición de cuentas a largo plazo. Entendemos que este quehacer implica dimensiones canónicas, culturales y relacionales.
Nos comprometemos a colaborar entre nosotros, con la Cámara de Diputados y con los líderes de toda la Iglesia para proteger a los vulnerables, respetando la dignidad de cada ser humano.
Nos comprometemos a responsabilizarnos unos a otros de los estándares de conducta establecidos por nuestros votos de ordenación y el Pacto Bautismal, esforzándonos, con la ayuda de Dios, a ejercer las responsabilidades del liderazgo de servicio que tiene su modelo en Jesús.