Episcopal Presiding Bishop’s Christmas 2011 Message

“Jesus comes among us to remind us of a world living together in peace, to reclaim and make real that vision of creation for all humanity and all God’s creatures,” Episcopal Church Presiding Bishop Katharine Jefferts Schori says in the Christmas message for 2011.

The following is the text of the Presiding Bishop’s message:

Christmas message 2011

See, your salvation comes – Isaiah 62:11

The great prophets before Jesus proclaimed a vision of a nation and a people redeemed.  We continue to share that yearning – as the Christmas hymn puts it, “the hopes and fears of all the years are met in thee tonight.”  We’ve seen abundant hopes spring up in the past year across the Arab world and Eastern Europe, and in the global Occupy movement.  Those voices seek a world of greater justice, communities in which decisions and the gifts of creation are more available to all.  Our understanding of salvation is most profoundly about justice in community, and as Christians we believe that help and healing for all are grounded in the incarnate presence of God – among us and within us.

We look for salvation to the one who came among us in the most humble way, a helpless child born in a scandalous way to a poor peasant couple.  The Incarnation, God with us, changed the world in ways that we insist are leading to the ultimate healing of all creation.  “See, your salvation comes,” says the prophet in every age, yet it is not yet fully come upon us.  We live in hope for its fullness.  May hope be nourished within us, in each and every human being and community, for the journey toward God’s healed and holy future. 

That proclamation of coming salvation is a part of Isaiah (Isa 62:6-12) that will be read in some congregations at Christmas, but if you don’t hear it, go and read the whole of it.  Its centerpiece speaks of what that salvation looks like: 

          The Lord has sworn…
          I will not again give your grain to be food for your enemies,
                 and foreigners shall not drink the wine for which you have labored;
         but those who garner it shall eat it and praise the Lord,
                and those who gather it shall drink it in my holy courts.   Isa 62:8-9

That is not a vision of pristine isolation, but a vision of comfort and healing to a people frequently at war, occupied, or exploited by superior forces.  The fear of powerful others taking and using for themselves the produce of the poor is healed and transformed into a society in which the gifts God provides will be shared by all.  For when salvation comes, that society will

          be called, ‘the Holy People, The Redeemed of the Lord’;
          and you shall be called, ‘Sought Out, A City Not Forsaken.’
  Isa 62:12

Jesus comes among us to remind us of a world living together in peace, to reclaim and make real that vision of creation for all humanity and all God’s creatures. That world is put right as relationships between God and humanity are set right. The relationship between God and human being cannot be set right without equal healing of relationships between us mortals.  See, your salvation comes!  Will we welcome that healing?

The Most Rev. Katharine Jefferts Schori
Presiding Bishop and Primate
The Episcopal Church

The Episcopal Church welcomes all who worship Jesus Christ in 109 dioceses and three regional areas in 16 nations.  The Episcopal Church is a member province of the worldwide Anglican Communion.

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Mensaje de Navidad 2011 de la Obispa Presidente Episcopal:

December 15, 2011

By: The Public Affairs Office

“Jesús viene a nosotros para recordarnos un mundo en el que vivirán todos juntos en paz, para reclamar y hacer realidad la visión de una creación para toda la humanidad y todas las criaturas de Dios” dice la Obispa Presidente de la Iglesia Episcopal Katharine Jefferts Schori en el mensaje de Navidad 2011

El siguiente es el texto del mensaje de la Obispa Presidente:

Mensaje de Navidad 2011

Mira, llega tu salvación – Isaías 62:11

Los grandes profetas antes de Jesús proclamaron la visión de una nación y un pueblo redimido. Seguimos compartiendo ese anhelo, como dice el himno de Navidad: “Las esperanzas y  los temores de todos los años se cumplen en ti esta noche”. Hemos visto surgir abundantes esperanzas en el último año en el mundo árabe y Europa del Este, y en el movimiento de ocupación a nivel mundial. Esas voces buscan un mundo más justo, comunidades en las que las decisiones y los dones de la creación estén al alcance de todos. Nuestra comprensión de la salvación se acerca con más profundidad a la justicia en la comunidad, y como cristianos, creemos que esa ayuda y sanación para todos se basan en la presencia de Dios encarnado, entre nosotros y en nosotros.

Buscamos la salvación en uno que vino a nosotros de la manera más humilde, un niño indefenso nace de una manera escandalosa de una pareja de campesinos pobres. La Encarnación, Dios con nosotros, ha cambiado el mundo en formas que nosotros insistimos que conducen a la curación definitiva de toda la creación. “Mira, llega tu salvación”, dice el profeta en todos los tiempos, sin embargo, aún no nos ha llegado en su plenitud. Vivimos en la esperanza de su plenitud. Que la esperanza crezca en nosotros, en todos y cada ser humano y en la comunidad, por el viaje hacia el futuro sano y santo de Dios.

Esa proclamación de la salvación que llega es parte del texto de Isaías (Isa 62:6-12) que será leído en algunas congregaciones en Navidad, pero si usted no lo oye, vaya y lea todo el pasaje. Su punto central trata de cómo será la salvación: 

           El Señor ha jurado…
          Nunca más permitiré que tus enemigos se coman tu trigo,
                    ni que los extranjeros se beban el vino que has hecho con tu trabajo;
         sino que ustedes mismos recogerán la cosecha se la comerán y me alabarán a mí,
                   y los que la recojan beberán el vino en los atrios de mi santo templo.
 Isa 62:8-9

Esa no es una visión de aislamiento prístino, sino una visión de la comodidad y la curación de un pueblo frecuentemente en guerra, ocupado, o explotado por fuerzas superiores. El temor de que los poderosos se apropien y utilicen para sí mismos los productos de los pobres queda curado y  transformado en una sociedad en la que los dones que Dios ofrece serán compartidos por todos. Porque cuando llegue la salvación, esa sociedad

        será llamada, ‘el Pueblo Santo, Los libertados por el Señor’;
        y seréis llamados, ‘La ciudad deseada, La ciudad no abandonada’. 
 Isa 62:12

“Jesús viene a nosotros para recordarnos un mundo en el que vivirán todos juntos en paz, para reclamar y hacer realidad la visión de una creación para toda la humanidad y todas las criaturas de Dios. Ese mundo estará en lo justo cuando las relaciones entre Dios y la humanidad, sean justas. La relación entre Dios y el ser humano no se puede enderezar sin la misma curación de las relaciones entre los mortales. Mira, ¡llega tu salvación! ¿Le daremos la bienvenida a esa sanidad?

La Rvdma. Katharine Jefferts Schori
Obispa Presidente y Primada
La Iglesia Episcopal 

La Iglesia Episcopal da la bienvenida a todos los que adoran a Jesucristo en 109 diócesis y tres áreas
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