In his message for those gathering to worship this Sunday, occasioned by recent events in Charlottesville, Virginia, and the readings of Scripture Episcopalians will hear this weekend, Episcopal Church Presiding Bishop and Primate Michael B. Curry asks, “Where do we go from here: chaos or community?”
Noting that “the stain of bigotry has once again covered our land” and that “hope, frankly, sometimes seems far away,” Presiding Bishop Curry says the way of Jesus of Nazareth shows the way through the chaos to the Beloved Community of God. Commitment to that way, he says, “is our only hope.”
A Message to the Church from the Presiding Bishop
Where Do We Go From Here: Chaos or Community?
In this moment – when the stain of bigotry has once again covered our land, and when hope, frankly, sometimes seems far away, when we must now remember new martyrs of the way of love like young Heather Heyer – it may help to remember the deep wisdom of the martyrs who have gone before.
The year was 1967. It was a time not unlike this one in America. Then there were riots in our streets, poverty and unbridled racism in our midst, and a war far away tearing us apart at home. In that moment, the Rev. Dr. Martin Luther King Jr. wrote a book, his last one, with a message that rings poignant today. It was titled, “Where Do We Go From Here: Chaos or Community?”
One of his insights then was that a moment of crisis is always a moment of decision. It was true then and is true now. Where do we go from here? Chaos? Indifference? Avoidance? Business as usual? Or Beloved Community?
I’m a follower of Jesus of Nazareth because I believe the teachings, the Spirit, the Person, the life, death, and resurrection of Jesus have shown us the way through the chaos to true community as God has intended from the beginning.
Through the way of love, he has shown us the way to be right and reconciled with the God and Creator of us all. Through his way of love, he has shown us the way to be right and reconciled with each other as children of God, and as brothers and sisters. In so doing, Jesus has shown us the way to become the Beloved Community of God. St. Paul said it this way: “In Christ God was reconciling the world to himself” and now he has entrusted us with “the message of reconciliation” (2 Corinthians 5:19).
I know too well that talk of Beloved Community, which Jesus was describing when he spoke of the kingdom of God in our midst, can be dismissed as nice but naive, idealistic yet unrealistic. I know that.
But I also know this. The way of Beloved Community is our only hope. In this most recent unveiling of hatred, bigotry, and cruelty, as Neo-Nazis marched and chanted, “The Jews will not replace us,” we have seen the alternative to God’s Beloved Community. And that alternative is simply unthinkable. It is nothing short of the nightmare of human self-destruction and the destruction of God’s creation. And that is unthinkable, too.
We who follow Jesus have made a choice to walk a different way: the way of disciplined, intentional, passionate, compassionate, mobilized, organized love intent on creating God’s Beloved Community on earth.
Maybe it is not an accident that the Bible readings for the Holy Eucharist this Sunday (Genesis 45:1-15; Isaiah 56:1,6-8; Romans 11:1-2a, 29-32; and Matthew 15:21-28) all point toward and bear a message of God’s passionate desire and dream to create the Beloved Community in the human family and all of the creation.
This Sunday and in the days and weeks to come, as we gather in community to worship God and then move about in our homes, neighborhoods, schools, workplaces, social circles and more, we will be faced with a choice. I ask and invite us as congregations and individuals who are together the Episcopal Church of the Jesus Movement to intentionally, purposely, and liturgically rededicate ourselves to the way of Jesus, the work of racial reconciliation, the work of healing and dismantling everything that wounds and divides us, the work of becoming God’s Beloved Community. Resources that can assist us in doing this work are included with this message, including an adapted version of the Becoming Beloved Community vision that our church’s key leaders shared this spring. I urge you to spend time reflecting with them individually and in your churches.
Where do we go from here? Maybe the venerable slave songs from our American past can help us. In the midst of their suffering, they used to sing …
Walk together children
And don’t you get weary.
Cause there’s a great camp meeting
In the promised land.
We will walk there … together. We will make this soil on which we live more and more like God’s own Promised Land. So God love you. God bless you. And let’s all keep the faith.
The Most Rev. Michael B. Curry
Presiding Bishop and Primate
The Episcopal Church
Un Mensaje del Obispo Presidente Michael Curry: De aquí ¿a dónde vamos: al caos o a la comunidad?
August 17, 2017
En su mensaje, provocado por las recientes acciones en Charlottesville, Virginia, y sus consecuencias, el Obispo y Primado de la Iglesia Episcopal, Michael B. Curry, pregunta: “De aquí ¿a dónde vamos: al caos o a la comunidad?
Observando que es “la mancha del fanatismo la que ha cubierto una vez más nuestra tierra, y cuando la esperanza, francamente, a veces parece muy lejana”, el Obispo Presidente Curry dice que, como creyente en Cristo, sabe que hay un camino a la Amada Comunidad.
Un Mensaje del Obispo Presidente a la Iglesia
De aquí ¿a dónde vamos: al caos o a la comunidad?
En este momento, -cuando la mancha del fanatismo ha vuelto a cubrir nuestra tierra, y cuando la esperanza, francamente, a veces parece muy lejana, cuando debemos recordar a los nuevos mártires del amor como la joven Heather Heyer,- puede que ayude la profunda sabiduría de los mártires que han partido antes.
Fue el año 1967. Fue un tiempo no muy diferente a este en América. Entonces hubo disturbios en nuestras calles, la pobreza y el racismo desenfrenado en medio de nosotros, y una guerra muy lejana destrozándonos en casa. En ese momento, el Revdo. Dr. Martin Luther King Jr. escribió un libro, su último, con un mensaje que suena hoy conmovedor. Fue titulado, “De aquí ¿a dónde vamos: al caos o a la comunidad?”
Una de sus ideas entonces fue que un momento de crisis es siempre un momento de decisión. Fue verdad entonces y es verdad ahora. De aquí, ¿a dónde vamos? ¿Al caos? ¿A la indiferencia? ¿A la evitación? ¿A lo de siempre? ¿O a la Amada Comunidad?
Soy un seguidor de Jesús de Nazaret porque creo que las enseñanzas, el Espíritu, la Persona, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús nos han mostrado el camino a través del caos hacia la verdadera comunidad como Dios lo ha deseado desde el principio.
Mediante el camino del amor, nos ha mostrado la manera de estar en lo correcto y reconciliarnos con el Dios y Creador de todos nosotros. Mediante su camino de amor, nos ha mostrado la manera de ser justos y reconciliarnos los unos con los otros como hijos de Dios, y como hermanos y hermanas. Al hacerlo, Jesús nos ha mostrado el camino para llegar a ser la Amada Comunidad de Dios. San Pablo lo dijo así: “En Cristo Dios reconciliaba el mundo consigo mismo” y ahora nos ha confiado “el mensaje de la reconciliación” (2 Corintios 5:19).
Yo sé muy bien que hablar de la Amada Comunidad, la cual Jesús describía cuando hablaba del reino de Dios en medio de nosotros, puede ser descartada como buena, pero ingenua, idealista pero poco realista. Yo lo sé.
Pero también sé esto. El camino de la Amada Comunidad es nuestra única esperanza. En esta más reciente revelación de odio, fanatismo y crueldad, cuando los neonazis marcharon y corearon: “Los judíos no nos reemplazarán”, hemos visto la alternativa a la Amada Comunidad de Dios. Y esa alternativa es simplemente impensable. No es nada menos que la pesadilla de la autodestrucción humana y la destrucción de la creación de Dios. Y eso es impensable, también.
Nosotros, los que seguimos a Jesús, hemos tomado la decisión de caminar de una manera diferente: el camino del amor disciplinado, intencional, apasionado, compasivo, movilizado y organizado que tiene como objetivo crear la Amada Comunidad de Dios en la tierra.
Tal vez no sea una coincidencia el que las lecturas bíblicas de la Sagrada Eucaristía este domingo (Génesis 45: 1-15, Isaías 56: 1,6-8, Romanos 11: 1-2a, 29-32 y Mateo 15: 21- 28) todas apunten hacia y aporten un mensaje del deseo apasionado de Dios y el sueño de crear la Amada Comunidad en la familia humana y en toda la creación.
Este domingo y en los días y semanas que vienen, cuando nos reunimos en comunidad para adorar a Dios y luego nos movemos por nuestras casas, vecindarios, escuelas, lugares de trabajo, círculos sociales y más, nos encontraremos con una elección. Pido e invito a todos, como congregaciones e individuos que formamos juntos la Iglesia Episcopal del Movimiento de Jesús, a redirigirnos intencional, deliberada y litúrgicamente al camino de Jesús, a la obra de la reconciliación racial, al trabajo de sanar y desmantelar todo lo que hiere y nos divide, al trabajo de convertirnos en la Amada Comunidad de Dios. Los recursos que pueden ayudarnos a realizar este trabajo se incluyen con este mensaje, incluida una versión adaptada de la visión de Convertirnos en la Amada Comunidad que los principales líderes de nuestra Iglesia compartieron esta primavera. Les exhorto a que pasen tiempo reflexionando con ellos individualmente y en sus iglesias.
De aquí ¿a dónde vamos? Tal vez las venerables canciones de los esclavos de nuestro pasado americano nos puedan ayudar. En medio de su sufrimiento, solían cantar…
Hijos, aminen juntos
y no se cansen.
porque hay una gran reunión de campamento
en la tierra prometida.
Caminaremos allí… juntos. Haremos de este suelo, en el que vivimos, que cada vez sea más como la Tierra Prometida de Dios. Así que Dios te ame. Que Dios te bendiga. ¡Y mantengamos la fe!
El Reverendísimo Michael B. Curry
Obispo Presidente y Primado
Iglesia Episcopal