EPPN Series on Children: Kids and Climate Change
O heavenly Father, who hast filled the world with beauty: Open our eyes to behold thy gracious hand in all thy works; that, rejoicing in thy whole creation, we may learn to serve thee with gladness; for the sake of him through whom all things were made, thy Son Jesus Christ our Lord. Amen.
Book of Common Prayer, pg. 814
While climate change significantly impacts the global population, children are often more vulnerable to its effects than adults. Estimates show that children today will face three times as many climate disasters as their grandparents. In the short term, this causes injury, damage to communities, forced migration, food shortages, and water contamination. Long-term, it causes major mental health disorders, malnutrition, disease outbreaks, interruptions to children’s education, and the breakdown of social networks and families. While every child is at risk, approximately 1 billion children (about half of all children) are at “extremely high risk” of the negative impacts of climate change.
Climate change aggravates the principal causes of migration, including food insecurity, conflict, economic instability, and natural disasters. While children often migrate with adult companions or family members, many children cross borders unaccompanied. Migration exacerbates preexisting conditions while also exposing migrant children to new diseases. It can cause or worsen mental health disorders like anxiety, depression, and PTSD. These symptoms are seen at both a family and an individual level, worsening an already extreme adjustment. Displacement will continue, both nationally and internationally, as places become increasingly uninhabitable due to climate-related issues.
In the United States, storms and wildfires cause temporary or permanent displacement within the country, disrupting children’s lives and precipitating mental and physical health issues. Extreme temperatures prevent children from spending time outside, which research shows is beneficial for their development. The top 10 cities in the U.S. with the youngest populations all experienced extreme weather events in the last year, primarily heatwaves which have steadily increased in the last 30 years. This trend especially impacts children of color and lower-income families who are more likely to live in areas with limited access to green spaces, which in turn causes those neighborhoods to be hotter than wealthier, whiter neighborhoods in the same city.
While extreme weather presents its own dangers, air pollution is a greater threat to children than it is to adults. Children have faster heart rates and breathe more frequently making them more susceptible to breathing issues. 2 billion children (almost 90%) are highly exposed to air pollution and thousands have died due to complications from this exposure. In the United States there are over 5 million children with asthma, many of whom live below the poverty line. Improving air quality has direct, positive effects on children’s health.
Beyond poor air quality, flooding increases the likelihood of mold outbreaks which are more harmful to those with asthma and other preexisting conditions. Flooding also causes water contamination and diarrheal disease outbreaks that are especially dangerous for children under 5 and infants. Higher temperatures and changing weather patterns increase disease outbreaks. Children raised in warmer climates will see higher rates of dengue, malaria, and zika, while children in cooler climates will see increases in Lyme disease due to hotter summers.
The significance of climate change is not lost on children. While its consequences are being felt more frequently, so too are the voices of youth from all over the world. They are putting themselves at the front and center of the climate justice movement, continuously demanding political leaders make greater changes to protect the environment and future generations.
Unless we take immediate action to address climate change, we will continue to put the health and wellbeing of children around the world at risk. Combating it requires substantial political and economic changes to be made. Necessary changes include the major reduction of greenhouse gas emissions, building resilient infrastructure, and keeping the focus on the future rather than just the present. Listening and upholding the voices of the young is critical to both saving children’s lives and ensuring they have a future.
Additional Resources:
United Nations: World Children’s Day
Princeton-Brookings: The Future of Children
UNICEF: Children’s Climate Risk Index
General Convention Resolutions:
Next in the Series:
Los niños y el cambio climático
Oh Padre celestial, que has llenado el mundo de belleza: Abre nuestros ojos para contemplar tu mano bondadosa en todas tus obras; a fin de que, regocijándonos en tu creación entera, aprendamos a servirte con alegría; por amor de aquel por quien todas las cosas fueron hechas, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Libro de Oración Común, pág. 704
Cuando el cambio climático afecta al mundo entero considerablemente, los niños son más vulnerables a los efectos que los adultos. Las estimaciones muestran que los niños de hoy enfrentarán tres veces más desastres climáticos que sus abuelos. A corto plazo esto provoca lesiones, daños a las comunidades, migración forzada, escasez de alimentos y contaminación del agua. A largo plazo, provoca importantes trastornos de salud mental, desnutrición, brotes de enfermedades, interrupciones en la educación de los niños y la ruptura de las redes sociales y las familias. Si bien todos los niños están en riesgo, aproximadamente mil millones de niños (alrededor de la mitad de todos los niños) están en “riesgo extremadamente alto” de los impactos negativos del cambio climático.
El cambio climático agrava las principales causas de la migración, incluida la inseguridad alimentaria, los conflictos, la inestabilidad económica y los desastres naturales. Mientras que los niños migran a menudo con compañeros adultos o miembros de la familia, muchos niños cruzan las fronteras sin compañía. La migración exacerba las condiciones preexistentes al mismo tiempo que expone a los niños migrantes a nuevas enfermedades. Puede causar o empeorar trastornos de salud mental como ansiedad, depresión y TEPT [PTSD]. Estos síntomas se ven tanto a nivel familiar como individual, empeorando un ajuste ya extremo. El desplazamiento continuará, tanto a nivel nacional como internacional, a medida que los lugares se vuelvan cada vez más inhabitables debido a problemas relacionados con el clima.
En Estados Unidos, las tormentas y los incendios forestales provocan desplazamientos temporales o permanentes dentro del país, alterando la vida de los niños y precipitando problemas de salud mental y física. Las temperaturas extremas impiden que los niños pasen tiempo al aire libre, lo que, según demuestran las investigaciones es beneficioso para su desarrollo. Las 10 principales ciudades de EE. UU. con la población más joven experimentaron fenómenos meteorológicos extremos en el último año, principalmente olas de calor que han aumentado constantemente en los últimos 30 años. Esta tendencia afecta especialmente a los niños de color y las familias de bajos ingresos que tienen más probabilidades de vivir en áreas con acceso limitado a espacios verdes, lo que a su vez hace que esos vecindarios sean más cálidos que los vecindarios más ricos y blancos de la misma ciudad.
Aunque el clima severo tiene sus propios peligros, la contaminación del aire es una amenaza mayor para los niños que para los adultos. Los niños tienen ritmos cardíacos más rápidos y respiran con más frecuencia, lo que los hace más susceptibles a problemas respiratorios. 2 mil millones de niños (casi el 90%) están altamente expuestos a la contaminación del aire y miles han muerto debido a complicaciones de esta exposición. En Estados Unidos hay más de 5 millones de niños con asma, muchos de los cuales viven por debajo del umbral de la pobreza. Mejorar la calidad del aire tiene efectos directos y positivos en la salud de los niños.
Más allá de la mala calidad del aire, las áreas inundadas son propensas a los brotes de moho, que son más peligrosos para las personas con asma y otras condiciones preexistentes. Las inundaciones provocan la contaminación del agua y brotes de enfermedades diarreicas que son especialmente peligrosas para los niños menores de 5 años y los bebés. Las temperaturas más altas y los patrones climáticos cambiantes aumentan los brotes de enfermedades. Los niños criados en climas más cálidos verán tasas más altas de dengue, malaria y zika, mientras que los niños en climas más fríos verán aumentos en la enfermedad de Lyme debido a los veranos más calurosos
La importancia del cambio climático no pasa desapercibida para los niños. Si bien sus consecuencias se sienten con mayor frecuencia, también se oyen las voces de los jóvenes de todo el mundo. Se están poniendo al frente y al centro del movimiento por la justicia climática, exigiendo continuamente a los líderes políticos que realicen mayores cambios para proteger el medio ambiente y las generaciones futuras.
• Greta Thunberg es una de las activistas climáticas más destacadas y ha inspirado a millones a organizar y unirse a protestas y huelgas escolares en todo el mundo. También cofundó viernes para el futuro [Fridays for Future], una organización dirigida por jóvenes que ayuda a los jóvenes a organizar sus propias huelgas climáticas.
• En 2020, la Cumbre Climática de los Niños en Bangladesh publicó su declaración en la que se pedían cambios políticos significativos para proteger a Bangladesh de la crisis climática.
• Niños vs Crisis Climática es una coalición internacional de niños que solicitan a la ONU y a las principales potencias económicas del mundo que rindan cuentas por la inacción ante la crisis climática. Exigen cambios importantes para proteger a los niños en todo el mundo, citando la crisis climática como una violación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
A menos que tomemos medidas inmediatas para abordar el cambio climático, seguiremos poniendo en riesgo la salud y el bienestar de los niños de todo el mundo. Combatirlo requiere cambios políticos y económicos sustanciales. Los cambios necesarios incluyen la reducción importante de las emisiones de gases de efecto invernadero, la construcción de infraestructura resistente y mantener el enfoque en el futuro en lugar de solo en el presente. Escuchar y defender las voces de los jóvenes es fundamental tanto para salvar la vida de los niños como para garantizar que tengan un futuro.
Recursos Adicionales
United Nations: World Children’s Day
Princeton-Brookings: The Future of Children
UNICEF: Children’s Climate Risk Index
Resoluciones de Convención General
• 2006-C018: Reconocer el calentamiento global y reafirmar la responsabilidad medioambiental de la Iglesia
• 1988-D163: Pedir recursos y apoyo de parte de los niños
• 1979-B098: Promover la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas
• 1973-B106: Llamar a la Iglesia a proteger la Tierra y oponer las amenazas medioambientales
Leer más aquí:
EPPN Serie sobre Infancia: La lucha global contra el VIH/SIDA
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