Well, what kind of reaping do you hear in these readings? What sort of end is arriving? The end of Dean Travis’ tenure? The end of 60 years of faithful witness here in Austin? The end of the term – grades and evaluations?
What does harvest mean, in this season? Many of us have just rolled in from the excessive harvest called Thanksgiving dinner. This culture sees harvest as abundance – what do we do with these shocking images of endings?
The angels in Revelation are supposed to reap – both the field and the vineyard are ripe and ready. Even though many ears hear this as a sign of doom and the end of things, there’s a good deal more hope than may be immediately apparent. The grimmest part seems to be “the great wine press of the wrath of God,” particularly when you hear about the river of blood several feet deep and hundreds of miles long!
But think for a moment about what happens when grapes are harvested. If you want to make decent wine, you do indeed need to press those grapes. Putting grapes in a press opens up the grapes so their flesh is available for fermenting. It leaves behind the skins and seeds, which aren’t terribly nutritious. Harvesting and pressing are necessary preliminaries to a good vintage, but only time will tell whether a fine wine or a mediocre one – or even vinegar – will result.
The river of blood coming out of God’s angry wine press might be understood in the same way, as a breaking open of the life that’s been known. Blood in that culture is about life, even when it’s polluting. Poured on the ground it might be an offering, like Jesus’ own. We don’t fully know about this river of blood. But we do know that judgment is not yet, and we know that God is capable of surprising outcomes.
There are similar dynamics going on in the gospel reading. Even this massive temple is temporary, Jesus says, yet the time of its destruction is not fixed. Even the major destruction of war is not a sure signal of the end. Stay tuned, he says, it won’t happen immediately.
We heard this gospel story a couple of weeks ago from Mark. His take on all the wars and earthquakes and famines is that they are simply the beginning of labor – they’re birth pangs. That bloody river just might be a sign of the life to come.
So what are you going to do with what look like signs of destruction and endings? What will you look for as Advent? What do you expect, hope for, anticipate?
What is going on in the church? End times, or the pressing of grapes, and the harvest of what’s been sown?
There are many conversations about end-times. Yesterday I sat with a group of Abrahamic religious leaders – Christian, Muslim, and Jewish, lay people, imams, rabbi, bishops and ministers, gathered in urgency to tackle the issue of peace in the Holy Land. We were able to say that the recent violence in Gaza and Israel was a sign of death and destruction and perhaps the end of hope for a two-state solution. But we also said, we’re all people of hope. We can’t see possibility without a state for each people. We have to do all in our power to motivate our own government to look for a new way forward. This chaos is a sign of God’s potential to create a new future. It only needs our partnership, our co-creation.
The grapes are being pressed. And out of that wine press flows our hope.
Viernes antes del Aviento 1
Seminary of the Southwest
November 27, 2012
By: Katharine Jefferts Schori
Bueno, ¿cual tipo de cosecha escuchan se en esas lecturas? Cual tipo del fin esta llegando? Es el termino de la tenencia de su decano? Es el termino del fiel testimonio de este seminario, después de sesenta años? Es el fin de sus estudios de ese año? Están llegando sus evaluaciones?
¿Que significa la cosecha, en este estación? Muchos de nosotros estamos regresando de una cosecha de comida excesiva durante el día de acción de gracias. Esta cultura puede pensar solamente en cosecha como abundancia. Entonces, ¿que hacemos con estas imágenes impactantes de los finales?
Los ángeles del Apocalipsis deben cosechar, tanto en el campo y la viña, que están maduros y listos – llena de frutas. Aun que mucha gente escuchen esto como un signo de la muerte y el fin de todas cosas, hay una esperanza mucho más de lo que podemos imaginar. La parte más siniestra parece ser el lagar del furor de Dios, y el gran rio de sangre fluyendo por cientos de kilómetros.
Pero piense por un momento en lo que sucede cuando las uvas se cosechan. Si quiere hacer un vino bueno, se necesita presionar las uvas. No puede fermentar vino bueno con uvas intactas. Debe poner las uvas en una prensa y se abren, por liberar su carne fructuosa para la fermentación. No habrá buenas resultas sin exprimir la sangre de las uvas. La cosecha y el prensado son preliminares necesarios para lograr un buen vino, pero sólo el tiempo dirá si un buen vino o una mediocre resultará – o incluso vinagre. Hay necesita de esperar el resulto.
El rio de sangre que sale del lagar de Dios pueda ser entendido de la misma manera, como una abrupta ruptura de la vida que se ha conocido, y el inicio de vida nueva. En esa cultura la sangre es la vida, incluso cuando está contaminando. Vertido en el suelo podría ser una ofrenda, aun como el propio de Jesús. No sabemos plenamente lo que significa este rio de sangre, pero sabemos que el juicio todavía no ha llegado, y también sabemos que Dios siempre es capaz de resultados sorprendentes.
Hay una dinámica similar en la lectura del Evangelio. Aun este enorme templo es temporal, Jesús dice, sin embargo, el momento de su destrucción no es fijo. Incluso la gran destrucción de la guerra no es una señal segura de la final. Estén atentos, dice, no va a suceder de inmediato.
La sangre puede ser también una señal del parto, como hemos oído recientemente en el evangelio de Marco sobre las piedras del templo. Cuando cayeron, y cuando percibieron las guerras y terremotos y hambrunas, son dolores del parto. Ese rio de sangre podría ser un signo de la vida futura.
Entonces, ¿qué van ustedes a hacer con lo que parecen ser signos de destrucción y los finales? ¿Y que van a buscar en el Adviento? Que es lo que usted anticipar y esperar?
¿Qué está pasando en la iglesia? Tiempos del fin, o el prensado de la uva y la cosecha de lo que se ha sembrado?
Hay muchas conversaciones ahora sobre los tiempos del fin. Ayer me senté con un grupo de líderes religiosos abrahámicas – musulmanes, cristianos, y judíos reunidos en urgencia de abordar el tema de la paz en la Tierra Santa. Hemos sido capaces de decir que la violencia reciente en Gaza y en Israel era posiblemente una señal del fin de la esperanza de una solución de dos estados, uno israelita y uno palestino. Y no tenemos esperanza por la paz sin la posibilidad de dos estados. Pero decimos que todos nosotros somos personas de fe y esperanza. Debemos trabajar urgentemente con nuestro gobierno para buscar un nuevo camino, ahorita. Este caos es una muestra de la potencial de Dios para crear un nuevo futuro. Pero necesita nuestra colaboración, nuestro co-creación.
Las uvas están siendo prensadas, y fuera del lagar fluye nuestra esperanza.