El Obispo Presidente Michael Curry ha invitado de manera constante a los episcopales a reimaginarnos como la rama episcopal del Movimiento de Jesús, una comunidad de seguidores que viven el Camino del Amor de Jesús. En estos tiempos de desafío y cambio, ofrece esta declaración y los recursos que la acompañan para que sean una oración, una visión, una ferviente esperanza de lo que buscamos ser y en lo que ya nos estamos convirtiendo.
VEN A VER…
Nos estamos convirtiendo en una iglesia nueva y re-formada, la rama episcopal del Movimiento de Jesús—
personas, pequeñas comunidades y congregaciones reunidas
cuya forma de vida es el camino de Jesús y su camino de amor,
no más centrada en el imperio y el establecimiento,
no más obsesionada con la preservación de las instituciones,
no más apuntalando la supremacía blanca o cualquier otra cosa que dañe o perjudique a un hijo de Dios.
Por la gracia de Dios…
… NOS ESTAMOS CONVIRTIENDO EN UNA IGLESIA
QUE LUCE Y ACTÚA COMO JESÚS.
¿Cómo es esta re-formación en la práctica?
Vamos a …
- Centrarnos en Jesucristo. Sus enseñanzas, su ejemplo, su Espíritu, su forma de amar y su forma de vivir son la clave para tener relaciones amorosas, liberadoras y vivificantes con Dios, con el prójimo, con toda la creación y con nosotros mismos.
- Practicar el camino desinteresado y de entrega de la cruz. El camino del “amor cruciforme” -el acto de amor desinteresado, sacrificado y de entrega de Jesús, o de perder la vida para ganarla- es nuestro camino hacia la vida auténtica.
- Unirnos en torno a la práctica de una regla de vida en pequeñas comunidades reunidas. Este tipo de grupos -pequeños círculos de personas que se apoyan mutuamente para seguir a Jesús con intención y responsabilidad- son necesarios para cultivar una vida centrada en Cristo.
- Reclamar nuestra identidad cristiana como movimiento clandestino, contracultural e impulsado por el Espíritu. Debemos liberarnos de identificar a la iglesia con los sistemas de dominación, el imperio, el establecimiento, los privilegios y las tradiciones sociales y culturales que nos han mantenido cautivos, y ponernos de nuevo en contacto con los caminos arriesgados y liberadores de Jesús.
- Vivir y dar un testimonio audaz de la visión y los valores de Jesús. Señalamos la realidad del reino (el reino pacífico) de Dios y buscamos encarnar la amada comunidad, donde cada persona aspira y celebra la dignidad y prosperidad de cada hijo amado de Dios tal como lo por hacemos nosotros mismos.
Prácticas para una iglesia que luce y actúa como Jesús
Regla de vida y pequeñas comunidades reunidas
Gráficos de redes sociales
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