Adviento 4 (B) – 2023
December 24, 2023
LCR: 2 Samuel 7:1–11,16; Cántico 8 o Salmo 89:1–4,19–26; Romanos 16:25–27; San Lucas 1:26–38.
Dios llama a los jóvenes a participar en proyectos maravillosos. ¡Qué gran amor y confianza tiene Dios en los jóvenes! ¡Esto es profundamente admirable! Contémosle a los jóvenes que Dios confía en ellos y quiere hacer con ellos un mundo mejor. Una historia muy bonita y reciente de cómo Dios invita a los jóvenes a hacer grandes proyectos para un mundo mejor, es la de la frágil y solidaria Greta Thunberg, quien un viernes cualquiera se escapó de su escuela para ir al parlamento sueco a protestar por la indiferencia del mundo ante el cambio climático.
Protestar contra el cambio climático es una tarea muy difícil. Es el encontrarse con un muro de indiferencia, dinero y poder construido por los que hacen sus riquezas con la energía fósil del planeta. Ellos no quieren aceptar la grave amenaza de la vida, pues aceptarla implicaría perder sus fuentes de dinero y de poder. Conocedores de esto, los padres de Greta trataron de disuadirla de su propósito; muchos compañeros de su escuela tampoco apoyaron su iniciativa y la abandonaron en las escaleras del parlamento; muchas otras personas quedaron desconcertadas al ver a una joven desconocida de quinceaños sentada afuera de un edificio, sobre un piso frío, acompañada sólo por un cartelón hecho a mano que decía: “Paro Escolar por el Cambio Climático”.
Mucho más desconcertados quedaron numerosos líderes mundiales cuando, en tan sólo ocho meses, esta joven de trenzas largas salió del anonimato y se enfrentó cara a cara con altos ejecutivos corporativos y presidentes de varias naciones para exigirles medidas urgentes para controlar el cambio climático que amenaza nuestra existencia. Invitada por varios países y por las Naciones Unidas, ella ha roto el silencio, y gracias a su tenacidad y persistencia, hoy Greta ya no está sola con su cartelón en unas escaleras frente a un edificio legislativo de Suecia. Su mensaje ha sido traducido a muchos idiomas. Ya son millones en todo el mundo quienes se han unido al movimiento mundial conocido como el “Efecto Greta.” ¡Gloria a Dios!
Hoy, en este domingo último del adviento y a pocas horas de celebrar la Navidad, Lucas nos cuenta la historia de otra joven maravillosa, amada y llamada por Dios para un proyecto aún más extraordinario. Su nombre, María; su lugar de procedencia, Nazareth de Galilea. También como Greta, joven, muy joven, fue visitada por el ángel Gabriel; su misión: ser la madre de Jesús, nuestro Salvador.
Esta misión tampoco fue fácil. Por eso, María exclamó: “¿cómo puede ser esto?”. Esta fue una visita llena de asombro y de sorpresa: “¿Por qué a mí?” – exclamo-. El texto bíblico de Lucas es muy breve al describir tan gran anuncio; nos deja a todos llenos de preguntas e inquietudes. Tal vez el evangelista no escribió más para que nosotros mismos entráramos en la historia a imaginar, preguntar y a hablar sobre este primer encuentro-anuncio de Dios con la joven campesina de Nazareth, y nos hagamos parte de la historia.
La Anunciación es muy importante para todos nosotros, pero especialmente para los jóvenes. Ojalá que ellos vean cuánto los ama Dios. El Señor los invita a hacer con sus vidas algo fantástico. La mirada de Dios hacia los jóvenes es ejemplar y diferente a la que les da el mundo, pues muchas veces los ve como instrumentos para la guerra, el placer, las drogas, el trabajo barato… o como una carga familiar o social.
Los jóvenes son muy valiosos para Dios. Él confía en ellos. El Señor elige a María y la invita al proyecto más grande de la historia de la humanidad: llevar al mundo de una historia de pecado y muerte a una de vida, gracia y eternidad. En su invitación, Dios ama, respeta e invita, no obliga: “María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios”; y la empodera para la misión: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti”. Ella escucha y lucha; seguramente esa experiencia no fue un momento sino un proceso largo de aceptación, con muchas noches sin dormir, en oración y escucha atenta, para luego contestarle a Dios: “Aquí está la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”.
Hoy, al escuchar esta joven hablando con Dios, nuestra oración es para que esta experiencia de María, una de las mejores historias bíblicas, siga inspirando a muchos jóvenes a valorar su relación con Dios y a que encuentren maneras genuinas y creativas de comunicarse con Él; que encuentren su amor y su llamado a construir su vida haciendo un mundo mejor. Tanto Dios como nosotros estamos urgidos de jóvenes valientes que ayuden a salvar al mundo, devolviéndole el amor por la vida, la fe, la paz y la convivencia entre todos los pueblos de la tierra.
El mundo necesita más “Gretas” que rompan su silencio en favor de una causa común; más “Marías”, que digan a Dios: “aquí estoy” y se una a la causa de Jesús; más jóvenes que se empeñen en construir un mundo con una vida abundante y digna, en condiciones climáticas sanas, con culturas hermosas, en donde florezca la vida por la presencia sagrada de Jesús; un mundo donde la Navidad del Señor sea posible y se celebre con la alegría y encanto de los niños pobres de nuestra querida y amada Latinoamérica.
Dios ama y confía en los jóvenes. Oremos para que, en reciprocidad, ellos también amen y confíen en Dios.
¡No olvide suscribirse al podcast Sermons That Work para escuchar este sermón y más en su aplicación de podcasting favorita! Las grabaciones se publican el jueves antes de cada fecha litúrgica.