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Día de Todos Los Santos
La Colecta:
Dios todopoderoso tú has entrelazado a tus elegidos en una sola comunión y hermandad en el cuerpo místico de tu Hijo Cristo nuestro Señor: Danos gracia para que de tal modo sigamos a tus benditos santos en toda virtuosa y santa vida que alcancemos los gozos inefables que tú has preparado para los que te aman sinceramente; por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, en gloria sempiterna. Amén.
Antiguo Testamento: Daniel 7:1-3,15-18
1 Una noche, durante el primer año del reinado de Belsasar en Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones. En cuanto se despertó, puso por escrito las cosas principales que había soñado. Esto es lo que escribió:
2 «Yo veía en mi sueño que los cuatro vientos soplaban y agitaban las aguas del gran mar. 3 De repente, cuatro enormes monstruos, diferentes uno del otro, salieron del mar. […]
15 »Yo, Daniel, sentí que el terror se apoderaba de mí; y muy preocupado por todo lo que había visto, 16 me acerqué a uno de los que estaban allí de pie, y le pedí que me explicara todo aquello. Él aceptó explicármelo, y me dijo: 17 “Estos cuatro monstruos son cuatro reyes que dominarán el mundo. 18 Pero después el reino será entregado al pueblo del Dios altísimo, y será suyo por toda la eternidad.”»
Salmo: Salmo 149
1 ¡Aleluya! Canten al Señor cántico nuevo, *
su alabanza en la congregación de los fieles.
2 Alégrese Israel en su Hacedor; *
gócense los hijos de Sión en su Rey.
3 Alaben su Nombre con danzas, *
con tambor y arpa cántenle alabanza;
4 Porque el Señor se complace en su pueblo, *
y adorna con victoria a los humildes.
5 Regocíjense los fieles en su triunfo, *
y alégrense sobre sus camas.
6 Estén las alabanzas de Dios en sus labios, *
y la espada de dos filos en su mano;
7 Para tomar venganza de las naciones *
y castigar a los pueblos;
8 O Para atar a sus reyes con grillos, *
y sus nobles con eslabones de hierro;
9 Para ejecutar en ellos la sentencia decretada; *
esto es gloria para todos tus fieles. ¡Aleluya!
Nuevo Testamento: Efesios 1:11-23
11 En Cristo, Dios nos había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su herencia, de acuerdo con el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su voluntad. 12 Y él ha querido que nosotros seamos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que todos alabemos su glorioso poder. 13 Gracias a Cristo, también ustedes que oyeron el mensaje de la verdad, la buena noticia de su salvación, y abrazaron la fe, fueron sellados como propiedad de Dios con el Espíritu Santo que él había prometido. 14 Este Espíritu es el anticipo que nos garantiza la herencia que Dios nos ha de dar, cuando haya completado nuestra liberación y haya hecho de nosotros el pueblo de su posesión, para que todos alabemos su glorioso poder.
15 Por esto, como sé que ustedes tienen fe en el Señor Jesús y amor para con todo el pueblo santo, 16 no dejo de dar gracias a Dios por ustedes, recordándolos en mis oraciones. 17 Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente. 18 Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo, 19 y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia 20 cuando resucitó a Cristo y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, 21 poniéndolo por encima de todo poder, autoridad, dominio y señorío, y por encima de todo lo que existe, tanto en este tiempo como en el venidero. 22 Sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dio a la iglesia como cabeza de todo. 23 Pues la iglesia es el cuerpo de Cristo, de quien ella recibe su plenitud, ya que Cristo es quien lleva todas las cosas a su plenitud.
El Evangelio: Lucas 6:20-31
20 Jesús miró a sus discípulos, y les dijo:
«Dichosos ustedes los pobres, pues de ustedes es el reino de Dios.
21 »Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, pues quedarán satisfechos.
»Dichosos ustedes los que ahora lloran, pues después reirán.
22 »Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten y cuando desprecien su nombre como cosa mala, por causa del Hijo del hombre. 23 Alégrense mucho, llénense de gozo en ese día, porque ustedes recibirán un gran premio en el cielo; pues también así maltrataron los antepasados de esa gente a los profetas.
24 »Pero ¡ay de ustedes los ricos, pues ya han tenido su alegría!
25 »¡Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, pues tendrán hambre!
»¡Ay de ustedes los que ahora ríen, pues van a llorar de tristeza!
26 »¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falsos profetas!»
27 »Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, 28 bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan. 29 Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa. 30 A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. 31 Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes.»
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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.
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