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San Simón y San Judas, apóstoles
La Colecta:
Te damos gracias, oh Señor, por la gloriosa compañía de los apóstoles, y especialmente en este día por Simón y Judas; y te rogamos que, así como ellos fueron fieles y celosos en su misión, asimismo, con ardiente devoción, demos a conocer el amor y la misericordia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Antiguo Testamento: Deuteronomio 32:1-4
Moisés pronunció este cántico:
1 «Escucha, cielo, que voy a hablar;
atiende, tierra, a mis palabras.
2 »Mi enseñanza caerá como la lluvia,
mi discurso será como el rocío,
como llovizna sobre la hierba,
como gotas de agua sobre el pasto.
3 »Proclamaré el nombre del Señor:
¡reconozcan la grandeza del Dios nuestro!
4 Él es nuestro protector;
sus obras son perfectas,
sus acciones son justas.
Es el Dios de la verdad,
en él no hay injusticia;
¡él es justo y verdadero!»
Salmo: 119:89-96
89 Tu palabra, oh Señor, es eterna, *
establecida es en los cielos.
90 Tu fidelidad perdura de generación en generación; *
tú afirmaste la tierra, y permanece.
91 Por tu decreto permanecen hasta hoy, *
porque todo está a tu servicio.
92 Si tu ley no hubiese sido mi delicia, *
en mi aflicción hubiera perecido.
93 Jamás me olvidaré de tus mandamientos, *
pues por ellos me das vida.
94 Tuyo soy; ¡ojalá me salvaras! *
porque estudio tus mandamientos.
95 Aunque los malvados me asechen para destruirme, *
yo consideraré tus decretos.
96 He visto que todas las cosas tienen fin, *
pero tus mandamientos son infinitos.
Nuevo Testamento: Efesios 2:13-22
13 Ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes que antes estaban lejos están cerca.
14 Cristo es nuestra paz. Él hizo de judíos y de no judíos un solo pueblo, destruyó el muro que los separaba y anuló en su propio cuerpo la enemistad que existía. 15 Puso fin a la ley que consistía en mandatos y reglamentos, y en sí mismo creó de las dos partes un solo hombre nuevo. Así hizo la paz. 16 Él puso fin, en sí mismo, a la enemistad que existía entre los dos pueblos, y con su muerte en la cruz los reconcilió con Dios, haciendo de ellos un solo cuerpo.
17 Cristo vino a traer buenas noticias de paz a todos, tanto a ustedes que estaban lejos de Dios como a los que estaban cerca. 18 Pues por medio de Cristo, los unos y los otros podemos acercarnos al Padre por un mismo Espíritu. 19 Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios. 20 Ustedes son como un edificio levantado sobre los fundamentos que son los apóstoles y los profetas, y Jesucristo mismo es la piedra principal. 21 En Cristo, todo el edificio va levantándose en todas y cada una de sus partes, hasta llegar a ser, en el Señor, un templo santo. 22 En él también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual Dios vive por medio de su Espíritu.
El Evangelio: Juan 15:17-27
17 Jesús dijo a sus discípulos: ─Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.
18 »Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a mí me odió primero. 19 Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo. 20 Acuérdense de esto que les dije: “Ningún servidor es más que su señor.” Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; y si han hecho caso de mi palabra, también harán caso de la de ustedes. 21 Todo esto van a hacerles por mi causa, porque no conocen al que me envió.
22 »Ellos no tendrían ninguna culpa, si yo no hubiera venido a hablarles. Pero ahora no tienen disculpa por su pecado; 23 pues los que me odian a mí, odian también a mi Padre. 24 No tendrían ninguna culpa, si yo no hubiera hecho entre ellos cosas que ningún otro ha hecho; pero ya han visto estas cosas y, a pesar de ello, me odian a mí y odian también a mi Padre. 25 Pero esto sucede porque tienen que cumplirse las palabras que están escritas en la ley de ellos: “Me odiaron sin motivo.”
26 »Pero cuando venga el Defensor que yo voy a enviar de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él será mi testigo. 27 Y ustedes también serán mis testigos, porque han estado conmigo desde el principio.
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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.
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