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Tercer Domingo después de Epifanía
La Colecta:
Danos gracia, Señor, para responder prestamente al llamamiento de nuestro Salvador Jesucristo y proclamar las Buenas Nuevas de su salvación a todos los pueblos; para que nosotros, y todo el mundo, percibamos la gloria de sus obras maravillosas; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
El Antiguo Testamento: Jonás 3:1-5, 10
1 El Señor se dirigió por segunda vez a Jonás, y le dijo: 2 «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia lo que te voy a decir.»
3-4 Jonás se puso en marcha y fue a Nínive, como el Señor se lo había ordenado. Nínive era una ciudad tan grande que para recorrerla toda había que caminar tres días. Jonás entró en la ciudad y caminó todo un día, diciendo a grandes voces: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
5 Los habitantes de la ciudad, grandes y pequeños, creyeron en Dios, proclamaron ayuno y se pusieron ropas ásperas en señal de dolor. […]
10 Dios vio lo que hacía la gente de Nínive y cómo dejaba su mala conducta, y decidió no hacerles el daño que les había anunciado.
Salmo: 62: 6-14
6 En silencio aguarda mi alma a Dios; *
ciertamente, en él esta mi esperanza.
7 Sólo él es mi roca y mi salvación, *
mi fortaleza; no seré conmovido.
8 En Dios está mi salvación y mi gloria; *
Dios es mi roca fuerte y mi refugio.
9 Confíen siempre en él, oh pueblos; *
desahoguen delante de él su corazón, porque Dios es nuestro refugio.
10 Por cierto, la plebe no es más que un soplo; *
aun los nobles son apariencia.
11 Poniéndolos a todos en la balanza, *
serán más leves que un soplo.
12 No confíen en la opresión; en la rapiña no se envanezcan; *
aunque aumenten las riquezas, no pongan en ellas el corazón.
13 Habló Dios una vez; dos veces lo he oído: *
de Dios es el poder.
14 De ti, oh Soberano mío, es la misericordia, *
porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.
El Nuevo Testamento: 1 Corintios 7: 29-31
29 Hermanos, lo que quiero decir es esto: Nos queda poco tiempo. Por lo tanto, los casados deben vivir como si no lo estuvieran; 30 los que están de luto deben portarse como si estuvieran de fiesta, y los que están de fiesta deben portarse como si estuvieran de luto; los que compran deben vivir como si nada fuera suyo; 31 y los que están usando de este mundo deben vivir como si no estuvieran sacando provecho de él, porque este mundo que vemos ha de terminar.
El Evangelio: Marco 1:14-20
14 Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. 15 Decía: «Ya se cumplió el plazo señalado, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias.»
16 Jesús pasaba por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua. 17 Les dijo Jesús: —Síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres.
18 Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
19 Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca arreglando las redes. 20 En seguida los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, y se fueron con Jesús.
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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.
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