Calendario Litúrgico

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Quarto Domingo de Adviento

La Colecta:

Dios todopoderoso, te suplicamos que purifiques nuestra conciencia con tu visitación diaria, para que, cuando venga tu Hijo Jesucristo, encuentre en nosotros la mansión que le ha sido preparada; quien vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Antiguo Testamento: Miqueas 5:2-5a

En cuanto a ti, Belén Efrata, 
pequeña entre los clanes de Judá, 
de ti saldrá un gobernante de Israel 
que desciende de una antigua familia.» 
Ahora el Señor deja a los suyos, 
pero sólo hasta que dé a luz 
la mujer que está esperando un hijo. 
Entonces se reunirán con sus compatriotas 
los israelitas que están en el destierro. 
El rey se levantará para pastorear a su pueblo 
con el poder y la majestad del Señor su Dios, 
y ellos podrán vivir en paz, 
porque el Señor será engrandecido 
hasta el último rincón de la tierra. 
Él traerá la paz.    

Salmo: Cántico 8 — Cántico de María (Luke 1:46-55) or Psalm 80:1-7

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
      porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
      porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
      de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
      dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
      y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
      y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
      acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
      en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
      como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

o

1     Oh Pastor de Israel, escucha, tú que pastoreas a José como a un rebaño; *
           tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
2     Ante Efraín, Benjamín y Manasés, *
           despierta tu poder, y ven a salvarnos.
3     Oh Dios de los Ejércitos, restáuranos; *
           haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
4     Señor Dios de los Ejércitos, *
           ¿hasta cuándo estarás airado, a pesar de las súplicas de tu pueblo?
5     Les diste de comer pan de lágrimas, *
           y a beber lágrimas en gran abundancia.
6     Nos pusiste por escarnio de nuestros vecinos, *
           y nuestros enemigos se burlan de nosotros.
7     Oh Dios de los Ejércitos, restáuranos; *
           haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Nuevo Testamento: Hebreos 10:5-10

Por eso Cristo, al entrar en el mundo, dijo a Dios: 

«No quieres sacrificio ni ofrendas, 
sino que me has dado un cuerpo. 
No te agradan los holocaustos ni las ofrendas para quitar el pecado. 
Entonces dije: “Aquí estoy, tal como está escrito de mí en el libro, 
para hacer tu voluntad, oh Dios.”» 

En primer lugar, dice que Dios no quiere ni le agradan sacrificios ni ofrendas de animales, ni holocaustos para quitar el pecado, a pesar de que son cosas que la ley manda ofrecer. Y después añade: «Aquí vengo para hacer tu voluntad.» Es decir, que quita aquellos sacrificios antiguos y pone en su lugar uno nuevo. 10 Dios nos ha consagrado porque Jesucristo hizo la voluntad de Dios al ofrecer su propio cuerpo en sacrificio una sola vez y para siempre.     

El Evangelio: Lucas 1:39-45, (46-55)

39 Por aquellos días, María se fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, 40 y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se le estremeció en el vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. 42 Entonces, con voz muy fuerte, dijo: —¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! 43 ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor? 44 Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se estremeció de alegría en mi vientre. 45 ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho! 

[46 María dijo: 

«Mi alma alaba la grandeza del Señor; 
47 mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. 
48 Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, 
y desde ahora siempre me llamarán dichosa; 
49 porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. 
¡Santo es su nombre! 
50 Dios tiene siempre misericordia 
de quienes lo reverencian. 
51 Actuó con todo su poder: 
deshizo los planes de los orgullosos, 
52 derribó a los reyes de sus tronos
y puso en alto a los humildes. 
53 Llenó de bienes a los hambrientos 
y despidió a los ricos con las manos vacías. 
54 Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, 
y no se olvidó de tratarlo con misericordia. 
55 Así lo había prometido a nuestros antepasados, 
a Abraham y a sus futuros descendientes.»] 

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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.

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