Estudio Bíblico: Último Domingo después de la Epifanía (C) – 2 de marzo de 2025

LCR: Éxodo 34:29-35; Salmo 99; 2 Corintios 3:12-4:2; Lucas 9:28-36, [37-43a]

Éxodo 34:29-35

Recordemos que esta es la segunda vez que Moisés se presenta ante el pueblo con tablas de piedra que contienen el pacto de Dios. La primera vez se narra en el capítulo 32, y fue una especie de desastre. En la primera recepción, Moisés regresa y descubre que Aarón ha permitido que el pueblo erija un becerro de oro. Rompe las piedras, desmantela su idolatría y los lleva a expiar sus pecados en el capítulo 33. Es después de esta expiación y reconciliación que vemos a Moisés siendo invitado por Dios a recibir el pacto nuevamente en nombre del pueblo. Después de este devastador fracaso del pueblo y sus líderes, vemos el rostro de Moisés resplandeciente con la gloria de Dios. El rostro de Moisés, que antes ardía de rabia, se transforma en la gloria resplandeciente de un Dios que no se dará por vencido con el pueblo y está decidido a entrar en el pacto de los Diez Mandamientos y a establecer relaciones justas en su comunidad.

• ¿Qué cosas de tu vida estás orando para que Dios transforme de rabia a la gloria resplandeciente de las relaciones justas?
• ¿Qué es en nuestro mundo lo que estás orando que se transforme de idolatría a expiación por la gloriosa presencia de un Dios que no se da por vencido con nosotros?

Salmo 99

El Señor es rey. La magnitud del reinado y la santidad de Dios en este salmo es un estímulo para los cristianos de la América actual. Vivimos en una cultura que nos anima a creer que solo nosotros somos los dueños de nuestro destino, los capitanes de nuestro propio barco. Y en nuestra vida nacional tan reñida, se nos anima a creer que las celebridades, los políticos y los multimillonarios son reyes en virtud de su riqueza y prestigio. El salmista nos recuerda que solo el Señor es grande y digno de nuestra adoración. El salmista también nos recuerda qué tipo de gobernante encontramos en nuestro rey celestial. El Señor, que es soberano sobre la tierra y el cielo, no es como los gobernantes de esta tierra. El Señor ama y ejecuta la justicia y establece la equidad.

• ¿Cómo podría Dios estar invitándote a responder a la idea de que el Señor es un rey que ama y ejecuta la justicia y establece la equidad?

2 Corintios 3:12-4:2

El velo es un símbolo cargado de significado en la actualidad. Para algunos, la imagen evoca el aterrador mundo del libro de Margaret Atwood, El cuento de la criada. Para otros, es una imagen de las santas virtudes de la humildad y la modestia. Y para demasiadas personas en todo el mundo, los velos, o hiyabs, se utilizan como arma política contra nuestros hermanos musulmanes. En la lectura de hoy, Pablo reinterpreta la historia del velo de Moisés de una manera sorprendente. Al leer el texto del Éxodo, parece que Moisés se cubre el rostro para que la gloria de Dios no asuste a los israelitas y con la intención de que no se les impida escuchar la palabra de Dios. Pablo utiliza esta imagen para sugerir que sucedió lo contrario a esa intención.

En 2 Corintios, Pablo se reconcilia con la iglesia de Corinto después de una visita previa que causó dolor (2:1), y defiende su autoridad sobre y en contra de la enseñanza de personas a las que llama «los superapóstoles» (11:5, 13; 12:11). Es en este contexto en el que habla de la verdad revelada de Jesús. Este desacuerdo y conflicto en Corinto nos recuerda preguntas que nos hacemos constantemente en la sociedad contemporánea: ¿de quién es la mente velada? ¿Quién conoce realmente la verdad? ¿Quién decide sobre nuestra verdad colectiva? Es en momentos de profundo desacuerdo sobre verdades religiosas y teológicas fundamentales cuando los cristianos estamos llamados a encarnar la libertad y la transformación que conocemos en Cristo. La revelación de Cristo no pretende ser un arma para que nos enseñoreemos de los demás; es un don que, según Pablo, nos ha dado un ministerio de reconciliación (5:18).

• En nuestro mundo diverso y multirreligioso, ¿qué significa aferrarse a la verdad de Cristo en el espíritu de reconciliación que Pablo recomienda en 2 Corintios?
• ¿Cómo podemos orar por la gloria transformadora del Espíritu Santo y encarnarla en medio de un profundo desacuerdo?

Lucas 9:28-36, [37-43a]

La transfiguración de Cristo es monumental en la historia del Evangelio. Hasta este punto, Lucas ha dado amplias pruebas de que Jesús es el Mesías que viene de la larga tradición profética del antiguo Israel. Desde las historias de María e Isabel, que reflejan las historias de Ana y Sara, hasta el encuentro con Simeón y Ana en el templo y la genealogía de Jesús, la transfiguración es un momento dramático para enfatizar aún más el punto. Jesús es el Elegido de Dios que debe ir a la cruz en Jerusalén. Pero vemos aquí que los discípulos, aterrorizados por la nube santa en la montaña, guardaron silencio, tan silenciosos que cuando descendieron de esta experiencia en la cima de la montaña, fueron incapaces de expulsar a un demonio que aterrorizaba a un niño. Esta historia cambia de discípulos aterrorizados e ineficaces a una multitud asombrada que se maravilla de la grandeza de Dios. Como discípulos de Jesús hoy, podemos entender este viaje de discipulado. Ir a la cima de la montaña con Cristo puede ser algo sagrado, asombroso, sorprendente y aterrador. Seguir a Jesús puede desafiar nuestras suposiciones sobre el mundo y enseñarnos verdades incómodas. A veces erramos el tiro, y la historia del Evangelio se encuentra fuera de nosotros o tal vez incluso a pesar de nosotros. Aunque la historia nos señala el fracaso de los discípulos, recordamos que la historia comienza y se sostiene por la gloria de Dios que se revela. Jesús, deslumbrante en la santidad de la presencia de Dios, cura a un niño.

• ¿Cómo podemos permanecer cerca de la gloria de Jesús, incluso y especialmente cuando erramos el tiro como discípulos?
• ¿Qué estás aprendiendo sobre Jesús que te inquieta, te desafía o te sorprende en estos días? ¿Cómo podría esto invitarte a un discipulado más profundo?

Jordan Wesley es seminarista en el Seminario Teológico General.

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