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Estudio Bíblico: Propio 8 (A) – 2023
July 02, 2023
RLC: Génesis 22:1-14; Salmo 13; Romanos 6:12-23; Mateo 10:40-42
Génesis 22:1-14
Muchos cristianos contemporáneos encuentran que este texto es muy desafiante, ya que plantea preguntas incómodas sobre la naturaleza de Dios y cómo Dios interactúa con nosotros. ¿Por qué Dios probaría a Abraham al ordenarle sacrificar a su hijo Isaac? Una explicación es que los autores de Génesis trataban de prohibir clara y definitivamente el sacrificio humano, una práctica que aún sobrevivía en la era más temprana de la historia de Israel.
Otros ven este texto como una declaración de que Dios ciertamente nos prueba para medir nuestra fe. A menudo hemos escuchado a nuestros compañeros cristianos explicar las dificultades de la vida diciendo: “Dios me está probando”. Pero ¿realmente un Dios amoroso y misericordioso haría esto? Después de todo, no esperamos que los adultos en nuestras vidas que nos aman y se preocupan de nosotros nos pongan a prueba. Si hicieran algo así, nos referiríamos a ello como “jugar juegos mentales” o algo menos caritativo. No, los adultos no se ponen a prueba unos a otros y muchas personas de fe madura se preguntan si Dios también haría tal cosa.
Quizás este pasaje y la idea de la prueba tengan más sentido si admitimos que la vida a veces puede probarnos con la adversidad y Dios nos observa para ver cómo responderemos.
- ¿Siente que Dios nos prueba de la manera que probó a Abraham? ¿Por qué o por qué no?
- ¿Cuáles han sido instancias en su propia experiencia de fe y vida que han puesto a prueba su carácter? ¿Tuvo la sensación de que Dios y otros podrían estar observando su respuesta?
Salmo 13
En el Salmo 86, el salmista pide a Dios ayuda contra de Este salmo toma la forma del lamento de un individuo. Las palabras del salmista sobre el dolor y la desesperanza expresan la noción bíblica de pobreza, es decir, la realidad de que uno no tiene a quién acudir sino a Dios. El enemigo mencionado en el versículo cuatro podría ser un adversario o quizás la misma muerte. Los salmistas expresaban a menudo su ansiedad y pavor con alusiones a la muerte y al descenso a los infiernos. Casi parece como si el orador en este salmo estuviera tratando de avergonzar a Dios para que actúe, como si dijera: “Tú, Dios de justicia, ¿hasta cuándo permitirás que prevalezca esta injusticia?” No obstante, el salmista confía en que Dios transformará una situación que parece desesperada mediante un acto de misericordia y salvación.
- ¿Cuáles han sido los momentos de nuestra experiencia de vida y fe donde se siente particularmente la ausencia y el silencio de Dios? ¿Cómo resuenan los intentos del salmista de provocar la acción de Dios con nuestras propias experiencias de oración cuando estamos desesperados?
- ¿Cómo presagia la esperanza de salvación del salmista el mensaje de resurrección del Nuevo Testamento? ¿Cuáles son los hilos comunes de esta narrativa general del poder de Dios para transformar la muerte en vida?
Romanos 6:12-23
Pablo acaba de concluir un largo discurso sobre lo que Jesús ha logrado mediante su muerte y resurrección, y cómo compartimos los efectos de esos eventos a través de nuestro bautismo. Sobre todo, Pablo dice que ya no estamos esclavizados por el poder del Pecado (para distinguir este poder de una acción individual, usaremos la P mayúscula). Pablo entendió que el pecado es más que simplemente una mala acción. Más bien, Pecado era un poder cósmico que atrapó a todos. Pero Jesús, mediante su muerte y resurrección, nos ha librado del falso sistema de valores del pecado. Pablo intenta explicar esta realidad en la epístola de hoy mediante la analogía de la esclavitud.
La pregunta: “¿A quién servimos, al pecado o a Dios?” Para Pablo, la respuesta es clara, pero reconoce que las fuerzas pecaminosas todavía tienen una gran influencia sobre nosotros, aunque estemos comprometidos a vivir como cristianos. Dios inunda nuestras vidas con la gracia que nos hace posible vivir según los valores y el ejemplo de Jesús. El gran desafío sigue siendo admitir las zonas de nuestras vidas que todavía sirven al pecado y aceptar el regalo de la gracia de Dios.
- ¿Cómo, dónde y cuándo ha experimentado el poder esclavizante del pecado del que habla Pablo?
- ¿Cómo, dónde y cuándo ha experimentado el regalo gratuito de la gracia de Dios que nos capacita para vivir vidas libres de los valores falsos del pecado?
Mateo 10:40-42
¿Reconocemos a las personas que Jesús envía a nuestras vidas para ministrarnos? La ley judía tenía una tradición legal bien desarrollada con respecto a los emisarios. Un texto decía: “El agente de un hombre es como él mismo”. La enseñanza de Jesús aquí inviste a los ministros cristianos con una gran dignidad y un sentido de que la comisión ministerial de uno se origina en Dios. Pero esto es de poca utilidad a menos que el ministro sea recibido con un corazón abierto. Sin embargo, a los que Jesús envía no siempre serán reconocibles. Algunos serán profetas (personas que el mundo podría pensar que son un poco excéntricas o extrañas). Otros serán personas santas (quizás los que sufren por la fe y de otra manera dan testimonio de su discipulado: personas que el mundo podría ver como tontas e ingenuas que defienden sus convicciones). Note cómo Jesús se refiere a algunos de los que serán enviados como “pequeños” (v. 42). Los eruditos sugieren que en la comunidad de Mateo estos “pequeños” podrían haber representado a los miembros más humildes y sencillos. Estas son personas que podríamos descartar fácilmente porque asumimos apresuradamente que no tienen nada que enseñarnos u ofrecernos. Jesús nos invita a estar abiertos a sus formas imprevistas de obrar en nuestras vidas.
- ¿Quiénes han estado entre los “pequeños” que nos han ministrado de manera imprevista?
- ¿Le llama Jesús a ser uno de sus emisarios? ¿Cuáles son los signos de esta llamada? ¿A quién ministrará usted?
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