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Estudio Bíblico: Pentecostés 23 (C) – 13 de noviembre de 2022
November 13, 2022
LCR: Isaías 65: 17-25; Cántico 2; 2 Tesalonicenses 3: 6-13; Lucas 21: 5-19
Hay un sentido dominante tanto del presente como del futuro en cada una de estas lecturas. De hecho, las lecturas comparten un lenguaje aparentemente apocalíptico con sus frases repetidas y relacionadas de “y en ese día” [“y entonces dirán” Dios Habla Hoy] (Isaías 12: 4), y “vendrán días” (Lucas 21: 6), del no recordar “cosas anteriores” y la creación de “un cielo nuevo” (Isaías 65:17). La segunda carta a los tesalonicenses, y aún más el Evangelio de Lucas, nos arroja a una distorsión del tiempo. Si bien seguramente apuntan a un anticipado aún no, todavía queda algo por hacer en el ya: trabajo comunitario para los tesalonicenses, testimonio audaz para los discípulos de Lucas. De esta manera, las lecturas no son estrictamente apocalípticas, sino una exhortación sobre cómo deben comportarse los creyentes en el aquí y ahora: contemplar, creer, estar aquí y estar preparados.
Isaías 65: 17-25 [Miren] He aquí
En el hebreo original, nuestro primer pasaje de Isaías (65: 17-25) comienza con la proclamación: “Miren, voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva”. Mientras que algunas traducciones, como la Versión “King James” (KJV), retienen la interjección “he aquí”, la Nueva Versión Estándar Revisada (NRSV) la omite [y también Dios habla hoy], y para nuestra gran pérdida. Porque implícito en esta palabra (hinneh he aquí) hay una sensación de aquí y ahora que desafía el tiempo, de estar presente a algo a punto de suceder. Cada vez que “he aquí” aparece en la Biblia, está anunciando el inicio de lo que aún no está, alertando a su oyente o lector de estar aquí, estar presente y estar listo. Y en este pasaje de Isaías, aquellos que contemplan, vislumbran la última promesa y visión de Dios. Contemplar es parte de la alegría y el deleite de tales cielos y tierras aún no formados, parte de su promesa y su creación. De hecho, hay una promesa notable en el corazón de este pasaje, una que va más allá de nuestra comprensión humana de lo ya y lo que aún no: “Antes que ellos me llamen, yo les responderé” Dios declara tiernamente (65:24). Nuestro todavía-no es el antes de Dios.
- ¿Dónde está Dios trabajando en su vida y en el mundo que le rodea?
- ¿Dónde ve el aún-no que ha entrado ya en su vida?
Cántico 2 – Crean
No para insistir en el asunto, pero el cántico (Isaías 12: 2-6) también comienza con “he aquí” en su idioma original, nuevamente retenido en la KJV y excluido en DHH. Mientras leemos “Dios es quien me salva”, la salvación fue originalmente, y aún lo es, algo más correcto y más profundo para contemplar. Este pasaje de Isaías es un himno de alabanza y acción de gracias, una respuesta natural para contemplar la bondad salvífica de Dios. Contemplar y creer son mutuamente beneficiosos, como lo atestigua la siguiente parte del versículo: “Tengo confianza y no temo” (12: 2b). Además, si el cántico también incluyera el primer verso de Isaías 12, un paralelismo útil entre los versículos 1-3 y 4-6 sería más evidente; cada uno de estos grupos de versos comienza con la frase, “en ese tiempo” “entonces”. Mirando más de cerca a la gramática en el llamado a la acción de gracias en cada uno de estos paralelos, también podríamos notar que es claramente singular en el primero y plural en el segundo. En otras palabras, el agradecimiento que se debe dar es tanto individual como comunitario, y de esta manera, el Santo de Israel es plenamente reconocido en medio de la comunidad creyente
- ¿Cómo refleja su comunidad de fe la acción de gracias a Dios? ¿Cómo lo hace usted?
- ¿Cómo “expresa su alegría” como creyente fiel?
2 Tesalonicenses 3: 6-13 – Estén aquí
Es difícil imaginar que Pablo no estuviera implicando algo más que simplemente trabajo remunerado en su exhortación a los tesalonicenses. La palabra griega traducida aquí como “trabajo” se usa casi veinte veces en las epístolas paulinas, con varias connotaciones. Si bien el énfasis de este capítulo de la carta recae sobre la ociosidad, las implicaciones antonímicas pueden incluir fácilmente la diligencia y el compromiso, así como el trabajo y la labor. Si consideramos el trabajo y la labor del ministerio de Pablo, tan claramente al servicio de proclamar la Buena Nueva, y dignos de imitación (3: 7, 9), el trabajo y la ociosidad adquieren significados más profundos. Además, el recordatorio adjunto de estar al servicio uno del otro es típico de la teología de Pablo; cualquiera sea la naturaleza del trabajo al que llama a sus lectores y oyentes, es para cada uno de ellos individualmente y también en comunidad, no muy diferente del mensaje individual y comunitario del cántico. “Estén aquí y sean diligentes, juntos”, es el mensaje subyacente que escucho en este pasaje. Esta es una obra en la cual los creyentes seguramente no “trabajan en vano” (Isaías 65:23) sino que logran aquello para lo cual están destinados. Si bien la creencia en un cielo nuevo y una tierra nueva, en el regreso de Jesús, es primordial, Pablo les recuerda a los tesalonicenses (y a nosotros) que todavía queda algo por hacer antes de llegar al más allá.
- ¿Cuál es el trabajo que aún le queda por hacer en este lado del paraíso? ¿Qué le equipará para participar y cumplir ese trabajo?
- ¿Qué le impide o se le opone en la proclamación de las Buenas Nuevas?
Lucas 21: 5-19 – Prepárense
Si bien pueden sonar apocalípticos a nuestros oídos, las palabras de Jesús tal como aparecen en este pasaje de Lucas habrían sonado en los oyentes originales del evangelio no como una predicción sino como un recordatorio. Lucas escribía después de que el Templo ya había caído; no estaba profetizando, escribía para una minoría perseguida de creyentes asediados bajo la tiranía del dominio romano. De hecho, el Templo había sido arrasado, sin que una piedra quedara sobre otra. Debemos oír este pasaje del evangelio en el contexto de una pérdida inimaginable. Sin embargo, Jesús no parece estar tan preocupado por cómo será el tiempo del fin y cuándo será, sino por cómo se encontrarán sus discípulos entre el ya y el todavía no. Ni la inminencia ni la trascendencia futura es el asunto tratado aquí, más bien, la fidelidad de discipulado y el testimonio en el aquí y ahora. El asunto es que el momento presente es una oportunidad para dar un testimonio audaz, para la fortaleza incluso ante la adversidad. Hasta ese último día que finalmente llegará, Jesús llama a los que lo siguen a estar preparados, incluso cuando ellos, como nosotros, permanecen firmes y lo recuerdan.
- ¿Dónde encuentra esperanza en este pasaje?
- ¿Cómo celebra usted o su comunidad de fe lo que Dios está haciendo fuera de las “hermosas piedras” del edificio de su iglesia?
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