Estudio Bíblico

This page is available in: English

Estudio Bíblico: Pascua 7 (B) – 2018

May 14, 2018


Hechos 1:15-17, 21-26

Ellos oraron, “Señor, Tu que conoces el corazón de todos”.

Un aspecto interesante y fácilmente engañoso de esta lectura se encuentra en la declaración de Pedro de que las Escrituras debían cumplirse. A primera vista, el análisis de Pedro podría parecer una aplicación estricta de una teología enraizada en la predestinación. Sin embargo, a lo largo de los tiempos, la Iglesia ha enseñado que las Sagradas Escrituras revelan verdades sobre cómo se desarrollarán las cosas, pero que las acciones de los individuos no son causadas directamente por estas revelaciones. Incluso se puede decir que, a la luz de la muerte y resurrección de Cristo, Pedro y los otros apóstoles pudieron discernir un camino a seguir mediante una comprensión más iluminada de la profecía de las Escrituras hebreas.

Nosotros, amigos míos, ¡no estamos libres de este asunto! Después de todo, el cuerpo de los bautizados está llamado al discernimiento a lo largo de la vida cristiana de discipulado. A veces, en nuestro mundo del siglo XXI, el discernimiento se puede enmarcar como algo esotérico, elevado y excesivamente poco práctico. La lectura de hoy del libro de los Hechos de los Apóstoles, sin embargo, nos muestra un ejemplo que es extremadamente práctico por naturaleza; había trabajo por hacer y alguien tenía que ser nombrado para hacerlo. Aunque echar suertes puede que no sea el método de discernimiento más popular hoy en día, ciertamente demuestra que los once tenían una gran confianza en el plan y cuidado de Dios, incluso en los tiempos más inciertos. Que así sea, pues, para nosotros también.

  • ¿De qué manera Dios nos saca de nuestras zonas de confort para que podamos usar nuestros dones al servicio del Evangelio?

Salmo 1

Versículo 3: Será como el árbol plantado junto a corrientes de agua, que da fruto a su debido tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará.

Hace apenas un momento, estábamos hablando de los malvados y del lugar de los escarnecedores. De alguna manera, hemos pasado rápidamente (y por un instante meditando en la ley de Dios en el proceso) a esta hermosa y poética imaginería de la abundancia, que tiene sus raíces enteramente en la naturaleza. Es apropiado, entonces, que este maravilloso y breve salmo sea el primero. Puede ser que el salmista quisiera dar un anticipo de lo que vendría mostrando brevemente la variedad de temas que se abordarán en segmentos posteriores, los cuales constituyeron la mayor parte de las oraciones diarias para el pueblo hebreo. Los salmos, al igual que la condición humana, se superponen, constituyen un reto y ¡se entienden mejor cuando se cantan!

  • ¿Realmente creemos que Dios gestiona la montaña rusa de nuestras vidas?

1 Juan 5:9-13

A primera vista, esta breve lectura puede parecer bastante formalista, casi como una mera declaración lógica: si esto, entonces aquello. ¿Dónde hay corazón en esto? La fe es más que creencia, ¿verdad? Si nos enfocamos en los versículos 11 y 12, podemos comenzar a ir más allá de las creencias y adentrarnos en la experiencia, y, a fin de cuentas, regresar a la creencia a través de la experiencia. Cristo, después de todo, nunca nos ha abandonado:

Todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo como un vestido (Gálatas 3:27) y moran en Él, y Él en nosotros. La presencia de Cristo en la Eucaristía es real, uniéndonos místicamente en una cena divina que proporciona medicina salvadora al alma.

  • ¿Cómo podemos prepararnos mejor cada semana para recibir a Cristo en la Eucaristía para que imitemos plenamente a Cristo en todas nuestras acciones diarias?

Juan 17:6-19

La lectura del Evangelio de hoy proviene del capítulo 17 del Evangelio de Juan, el cual es una serie de oraciones que nuestro Señor ofrece. Tradicionalmente, estas oraciones se dividen en cuatro categorías:

Cristo ora por Sí mismo
Cristo ora por los Discípulos
Cristo ora por la Iglesia
Cristo ora por Todos.

La porción de hoy incluye la totalidad de la segunda categoría, Cristo ora por los Discípulos. No hace falta decir que el amor de Dios no tiene límites, y que Cristo ama cada rincón de la creación. Al mismo tiempo, sin embargo, sabemos que la Encarnación ocurrió por razones muy específicas y con medios muy específicos. Como tal, esta oración contiene una clara línea divisoria, ya que Jesús se yuxtapone a sí mismo y a los discípulos con el mundo. ¿Contradice esto, entonces, el mensaje central de Juan 3:16? ¡No, en absoluto! Después de todo, en solo unos pocos versículos, Jesús expande el alcance de su oración. Aquí, el “mundo” se refiere a la porción de la humanidad que elige la oscuridad sobre la luz, oponiéndose directamente a la voluntad de Dios. Por lo tanto, esto le permite a Jesús identificarse como alguien que no pertenece al mundo, a pesar de su propia humanidad.

Nosotros también sabemos que nuestra verdadera ciudadanía no está unida a nuestros pasaportes o números de identidad, sino a nuestro bautismo. Sin embargo, vivimos y nos movemos por el mundo con gran entusiasmo. Después de todo, pocos de nosotros somos llamados a una vida de soledad ascética. Nuestro mayor honor, y tal vez nuestro mayor desafío, es llevar la luz de Cristo cuando estamos con tanta frecuencia rodeados de oscuridad. No podemos hacerlo solos, del mismo modo que los discípulos no pudieron hacerlo solos; Jesús oró por ellos y les confió el muy arriesgado y transformador ministerio que ha perdurado durante casi dos mil años.

  • Como ciudadanos del Reino, ¿cómo se nos pide que respondamos a la oscuridad? 

This page is available in: English

¡No olvide suscribirse al podcast Sermons That Work para escuchar este sermón y más en su aplicación de podcasting favorita! Las grabaciones se publican el jueves antes de cada fecha litúrgica.

 
 
 
 
 
 
 
 

Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

Click here

This page is available in: English