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Estudio Bíblico: Pascua 6 (C) – 2016
May 01, 2016
Hechos 16: 9-15
La hospitalidad en el siglo I del Imperio Romano era arriesgada. No era simplemente invitar a alguien a cenar o incluso ofrecerles un lugar para pasar la noche. En cambio, llevaba consigo una ofrenda de protección y disposiciones para continuar el viaje. Marcaba un compromiso de entrar en una relación permanente con otra persona. Una familia ofrecería hospitalidad a personas como ellos, iguales sociales, en quien se podía confiar para intercambiar cuando fuera necesario.
Por ello, es importante que a lo largo del libro de los Hechos, los apóstoles reciban hospitalidad de gente que no es como ellos, incluyendo gentiles y mujeres de negocios como Lidia. El poder del Espíritu Santo derriba las paredes divisorias entre desconocidos y los une en una comunidad de amigos y compañeros de trabajo para la difusión del Evangelio. Después de que Lidia y su casa son bautizados, insta a los apóstoles a que se queden con ella y ayuda a Pablo y Silas después de haber sido liberados de la prisión (Hechos 16:40).
- ¿Dónde ha visto que el Espíritu Santo cree una comunidad sorprendente?
- ¿Cuáles son las paredes divisorias que separan a las personas unas de otras en su vecindario?
- Lidia y los apóstoles estuvieron abiertos a la Palabra de Dios y sus vidas cambiaron radicalmente. ¿Qué prácticas le ayudan a usted a mantenerse abierto a la Palabra?
Salmo 67
El Salmo 67 es una canción comunal de alabanza y de súplica, pidiendo a Dios que bendiga a Israel para que todo el mundo conozca la justicia, el poder y la orientación del Santo. Esto lo vemos en la estructura simétrica del salmo. Los versículos 1 y 7 comienzan con una petición de la bendición de Dios, mientras que los versículos 2 y 6 se refieren a la tierra. Los versículos 3 y 5 son idénticos, y nuestra atención se dirige al verso 4, el único verso de tres líneas en el salmo: “Que las naciones se alegren y canten con júbilo, porque juzgas a los pueblos con equidad, y diriges todas las naciones en la tierra”. La bendición de Dios no es sólo para Israel, sino para toda la tierra. Las peticiones expresadas en esta canción son universales y no contextualizadas.
- Dado el mundo como lo conocemos hoy, ¿a qué podrían parecerse estas bendiciones?
- ¿Dónde se necesita la salud salvadora de Dios?
- ¿Dónde se necesita la justicia y la guía de Dios?
- Usando el Salmo 67 como modelo, escriba su propia canción de alabanza y petición, siendo lo más específico posible.
Apocalipsis 21:10, 22-22: 5
El libro del Apocalipsis de san Juan se dirige a “las siete iglesias que están en Asia” (Apocalipsis 1: 4) y fue escrito en la segunda mitad del siglo I C. E. Los primeros capítulos del libro describen los diversos retos a que esas iglesias se enfrentan, desde el encarcelamiento y la muerte a la complacencia espiritual. Juan exhorta a esos cristianos a “que sean fieles hasta la muerte” (2: 10b) y sean persistentes en la búsqueda de una vida transformada (3: 18-20). La vida en el Imperio Romano ofrecía visiones de diferentes objetos de culto, incluyendo múltiples dioses y al emperador. En el Apocalipsis, Juan registra visiones más grandes, recordando a las iglesias la soberanía de Dios.
Este pasaje en particular, ofrece la promesa de la nueva Jerusalén, donde la gloria de Dios es la única luz necesaria y las naciones habitarán juntas en seguridad e integridad. Como el leccionario deja fuera muchos versos, me gustaría averiguar lo que falta. En este caso, los compiladores han omitido varios versos que describen paredes y puertas opulentas de la nueva Jerusalén. Tómese el tiempo para leer estos versos. Imagínese la visión que Juan describe: es una ciudad gloriosa, más radiante que cualquier cosa del Imperio Romano pudiera construir.
- ¿De qué manera esta ciudad, el río, y el árbol de la vida aparecen en su imaginación?
- ¿Qué aspecto de la descripción de Juan le ofrece el sentido más poderoso de esperanza para su vida, su comunidad, o el mundo?
- ¿Cómo podría usted vivir en esa esperanza con fiel bravura?
Juan 14: 23-29
Las palabras de Jesús a Judas (no el Iscariote) son parte de una conversación más grande en la última cena. Jesús está preparando a sus discípulos para vivir con fidelidad después de que se haya ido. Ellos están comprensiblemente perturbados por esta charla, pero Jesús les repite palabras de paz y seguridad. Jesús les ha conducido a una relación de amor perdurable con Dios que tiene implicaciones para sus vidas ya estén en presencia de Jesús o no.
El Abogado, el Paráclito, el Espíritu Santo, enviado para habitar con los discípulos (14:17) y para recordarles las palabras y enseñanzas de Jesús. Él no deja huérfanos a los discípulos (14:18), y, sin embargo, podemos imaginar lo molesto que tuvo que ser esta conversación.
- La promesa de Jesús de que el Espíritu Santo y el don de la paz se entrelazan. ¿Cómo ha experimentado la presencia permanente del Espíritu Santo en su vida?
- ¿Dónde siente la necesidad de la paz de Cristo hoy? Tómese unos momentos para orar por la paz ahora.
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