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Estudio Bíblico: Pascua 5 (A) – 2020
May 10, 2020
Hechos 7: 55-60
En medio del sufrimiento y la persecución, Esteban se llenó del Espíritu Santo y vio la gloria de Dios. El hecho de que Esteban estuviera lleno del Espíritu Santo muestra el origen de su valentía, sabiduría y poder en la predicación. Para dar espacio al Espíritu Santo, tuvo que abandonar la necesidad de control, o la necesidad de aferrarse a su propia vida. En la hora de prueba, Esteban vio a Jesús de pie a la diestra del Padre. El lenguaje del versículo 56 ilustra una paradoja. “Miren, dijo Esteban, ¡veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre a la derecha de Dios!”
Esteban vio que los cielos se abrían, pero también tenía la sensación de que Jesús estaba de pie junto a él, en vez de una mera visión de Jesús que estaba lejos. Este versículo indica que Jesús estaba en solidaridad con Esteban en el momento de su martirio. Seguir a Cristo todo el camino le dio a Esteban la fuerza para hacer cosas que parecen humanamente imposibles: encontrar la paz cuando se enfrenta a una muerte dolorosa y perdonando a los que lo apedrearon: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” al decir esto, murió. Esteban murió de la forma en que vivía: en completa confianza en Dios. Hagamos lo mismo.
- ¿Dónde ve usted la gloria de Dios? ¿Dónde encuentra belleza, alegría y paz?
- ¿Qué le ayuda a dar espacio al Espíritu Santo en su vida? ¿Qué le ayuda a abandonar la necesidad de control: la necesidad de planificar su vida de acuerdo con sus propias ideas, comodidad y preferencias?
- ¿Cómo puede fijar los ojos en Jesús?
Salmo 31: 1-5, 15-16
Muchos estudiosos creen que el Salmo 31 estaba destinado al canto público. Este salmo es una petición comunitaria de rescate. Comienza de manera familiar: “En ti, oh Señor, me he refugiado”. Este salmo es una declaración a Dios en tiempo de problemas. Cuando el salmista le pregunta a Dios: “Líbrame en tu justicia”, hay dos formas posibles de interpretar esto. Una es que el sentido de justicia de Dios nos encontrará dignos de liberación. Esta es una tarea difícil para cualquiera de nosotros. La segunda proviene de la interpretación de la palabra “justicia” como amistad con Dios. A la luz de esta traducción, el salmista pide que su amistad con Dios se convierta en el vehículo de su liberación.
Si volvemos a leer el salmo sustituyendo “justicia” por “amistad con Dios”, el salmo adquiere una nueva profundidad y significado. No se trata de lo que necesitamos. Se trata de lo que Dios desea para nosotros. Dios desea nuestra amistad. Muchos de nosotros tenemos una idea muy severa de Dios. Tememos a Dios (tenga en cuenta que esto es diferente del temor de Dios, que es un don del Espíritu). Cuando esa dura imagen de Dios se suaviza, llegamos a ver que Dios quiere tener una relación personal con cada uno de nosotros. Aun así, todavía podríamos ver a Dios como un árbitro o el gerente de un equipo de béisbol: Dios comparte algunas palabras de aliento con nosotros, y tal vez una broma o dos, pero Dios siempre nos está mirando críticamente, listo para dejarnos en la banca o sacarnos del equipo si cometemos demasiados errores.
Esto no es lo que Dios desea. Dios es nuestro refugio, no nuestro árbitro. Dios es nuestro amigo. Lo que Dios quiere es amistad. Dios nos trajo a la existencia de una abundancia de amor personal. Creo que el salmista vio a Dios como poderoso y asombroso, como su refugio y fortaleza, pero también como un amigo. Y esto lo cambió todo.
- ¿Cuándo fue la última vez que en su comunidad de fe rezaron juntos por la liberación de Dios?
- Dios quiere ser su amigo. Esa es una idea poderosa. ¿Qué sentimientos o pensamientos le vienen a la mente cuando piensa que Dios quiere tener una amistad o relación personal con usted?
1 Pedro 2: 2-10
En el segundo capítulo de su primera carta, Pedro utilizó dos imágenes elocuentes. Primero, Pedro escribe que Dios está construyendo un templo espiritual usando piedras vivas (el pueblo de Dios), los que creen en la piedra viva suprema (Jesús). Pedro escribe que para ser piedras vivas, necesitamos estar vivos en el Espíritu. Pedro escribe: “Como recién nacidos, busquen con anhelo la leche espiritual, pura para que por medio de ella crezcan y tengan salvación”. Las palabras “con anhelo” hacen eco del lenguaje de los salmos. En el Salmo 42, “anhelo” se usa para el deseo más profundo de la humanidad por Dios: “Como el ciervo anhela las corrientes de aguas, así te anhela, oh Dios, el alma mía”.
Esto trata del deseo que cada persona debería tener por la palabra de Dios. Pedro nos dice que debemos tragar una bebida nutritiva que sea espiritual y pura. Nos recuerda que el alma necesita ser alimentada. Los grandes escritores espirituales nos hablan de la comida chatarra para el alma: riqueza, placer, honor y poder. Esa comida chatarra no satisfará al alma, así como nuestro cuerpo no puede vivir con “Twinkies” y batidos. El alma tiene hambre de la gracia y de la vida divina. Lo que quiere es Dios. ¿Cómo nutrimos el alma? Con la oración, que es elevar la mente y el corazón a Dios. Sin la oración, el alma se seca. Pedro nos suplica que alimentemos el alma.
- Si ha estado enfermo durante unos días y se ha quedado sin mucha comida, sabe lo rápido que se desvanece el cuerpo sin comida. Así es con la comida espiritual. ¿Dónde encuentra alimento espiritual? ¿Qué alimenta su alma?
- ¿Cuál es su “comida chatarra” favorita? ¿Qué prácticas espirituales le ayudan a ayunar o abstenerse de la comida chatarra espiritual?
Juan 14: 1-14
La propia descripción de Juan del propósito de su evangelio es de importancia crítica para entender cada capítulo. Este evangelio trata sobre las señales y los hechos de Jesús y cómo evocan la creencia, la conversión y la transformación (cf. Kittredge: Conversaciones con las Escrituras: El Evangelio de Juan). Así es como Juan declaró el propósito de este evangelio: “Jesús hizo muchas otras señales milagrosas delante de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él” (Juan 20: 30-31).
En el capítulo catorce, Jesús les dijo a sus discípulos: “No se angustien ustedes. Crean en Dios, crean también en mí” (Juan 14: 1). Los discípulos tenían razones para estar preocupados. Las señales y los hechos que habían presenciado eran confusos. Además, Jesús acababa de decirles que había un traidor entre ellos. Todo esto preocupaba legítimamente a los discípulos. Sin embargo, Jesús les dijo que no permitieran que sus corazones se turbaran. No exactamente, “No tengan miedo”. Más bien, “No permitan que sus miedos les abrumen”.
Jesús nunca quiso que sus discípulos, entonces y ahora, tuvieran vida sin problemas. Pero Jesús prometió que podríamos tener un corazón sin problemas incluso en una vida con problemas. Jesús nos dijo que confiar en él era el camino hacia una presencia no ansiosa. Merrill C. Tenney argumenta que este pasaje es una orden para los discípulos; dice que la forma del imperativo en el primer verso “me tarassestho” implica que los discípulos deberían “dejar de preocuparse”. Otra traducción para esto es: “Tranquiliza el corazón”. Abre el corazón y deja ir tus miedos. En lugar de ceder ante un corazón turbado, Jesús les dijo a los discípulos que confiaran en Dios. Este fue un llamado radical. También fue una promesa radical de que hacerlo traería consuelo y paz a un corazón preocupado. Para nosotros hoy, es una invitación a confiar en Dios y a encontrar la paz en Jesús. No se trata de suprimir nuestros miedos, sino de ser conscientes de nuestros miedos y ansiedades y de confiar firmemente en el Dios vivo.
- ¿Cómo es la vida en el nombre de Jesús?
- ¿Qué le trae paz cuando tiene miedo?
- ¿Qué le ayuda a confiar en Dios?
Santi Rodriguez is a seminarian at Seminary of the Southwest from the Diocese of Virginia, where he worked as a youth minister at Christ Church, Alexandria. Born in Colombia, Santi did his undergrad in Miami before moving to Canada where he joined the Jesuit order. While working in Milwaukee giving retreats to young adults, he met his wife Julie at Toastmasters. Julie is also in formation at the Seminary of the Southwest, and they have a son named Tyson. Santi’s particular areas of interest are spirituality in pop culture, discernment, and Ignatian spirituality. He is passionate about running, backpacking, and hiking with his family and their two dogs, Mia and Bleu.
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