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Estudio Bíblico: Pascua 3 (B) – 2015
April 19, 2015
Hechos 3:12-19
En esta época del año de la Iglesia leemos el libro de los Hechos de los Apóstoles del Nuevo Testamento en lugar de la fuente habitual del Antiguo Testamento, sin embargo, este pasaje de Hechos muestra profundas conexiones con el Antiguo Testamento. Nos recuerda que la historia de nuestra salvación incluye la historia familiar del Génesis y la profecía de Isaías. Historia y profecía que convergen en un punto en una palabra griega, paida, que puede ser traducida de dos maneras. La Nueva Versión Standard Revisada la traduce como “siervo” (versículo 13); también puede ser traducida como “niño”. Jesús es ambas cosas: el Hijo de Dios, la persona totalmente divina de la Santísima Trinidad, que por nosotros se convierte en el siervo sufriente profetizado por Isaías 52: 13-53: 12.
El discurso de Pedro nos atrapa y nos impide caer en la herejía cruel y divisiva del marcionismo. El marcionismo rechaza el Dios del Antiguo Testamento, alegando que el Dios del Nuevo Testamento no es el Dios de Abrahán. En el cristianismo, sin embargo, es claro que adoramos al Dios de Abrahán: el mismo Dios que se hizo hombre por nosotros en la persona de Jesucristo.
- Pedro quiere que la gente sepa que lo que hace no se basa en su propio poder o santidad; es un reflejo de la obra que Jesús culminó en la cruz. ¿Cómo puede la vida de usted ser un reflejo de esto?
Salmo 4
El salmo 4 es una paradoja deliciosa, una oración pública sobre la oración privada. Abunda en contrastes. Mediante contrastes, como escalones, el salmista avanza de la angustia a la confianza en Dios. Comienza con un grito de ayuda, al que Dios responde con otro contraste: el contraste entre lo verdadero y lo falso. La verdadera adoración combina la vida interior de la oración privada y el examen de nuestro propio corazón “en silencio en la cama” (versículo 4) y la vida exterior de ofrecer “sacrificios rectos” (versículo 5) con la comunidad de fe.
La oración fiel en una comunidad de fe nos recuerda que nunca estamos solos en nuestra angustia. El salmo va, de hablar de una persona, a hablar de las muchas personas que sufren y que buscan el rostro del Señor. Este es un recordatorio de que tenemos compañeros. Tenemos fieles testigos del amor de Dios en la liturgia y en la escritura. La recompensa de la perseverancia en la oración es la confianza en el Señor; no la confianza que se limita a una “lista de deseos” de cosas consumibles, sino la confianza espiritual que proviene de una relación amorosa. ¡Qué privilegio es disfrutar de las conversaciones de almohada con Dios!
- Este es uno de los salmos escogido para las completas (Libro de Oración Común, Pág. 94). ¿Ha intentado utilizar las completas como una oración de la noche en casa?
- ¿Cómo puede un mal dirigido sacrificio conducir a la adoración de dioses falsos?
1 Juan 3:1-7
Al igual que el salmo 4, la primera carta de Juan trata de una relación de seguridad en el amor de Dios. El amor es la razón por la que Dios el Padre nos llama hijos. El amor es la razón por la que Dios el Hijo se ofrece a sí mismo a borrar nuestros pecados y los pecados de los que nos ofenden. Tenemos que recordar estas cosas porque el mundo materialista a menudo rechaza a Dios y también puede rechazarnos a nosotros por pertenecer a la familia de Dios.
Este pasaje nos llama a la humildad y a la mansedumbre, con nosotros mismos y con los demás: “Queridos, ahora somos hijos de Dios, lo que seremos aún no se ha revelado” (versículo 2 bis). Somos obras en curso, creciendo en la fe y sin estar bien desarrollados. Estamos sujetos a cometer errores, sin embargo, tenemos esperanza por el amor que Cristo nos ha demostrado. Permanecer en Cristo es continuar volviendo a ese amor como a nuestro hogar, una y otra vez.
- ¿En qué es igual, ser un cristiano “desconocido” por el mundo, a otras formas de alienación del mundo?
- ¿Cómo es diferente?
Lucas 24:36b-48
A pesar de lo que han oído de otros testigos, los discípulos reunidos en Jerusalén están asustados por la primera vez que ven a Jesús después de la resurrección. Jesús alivia el miedo en alegría con palabras de paz y confort, invitándoles a tocarlo como prueba de su realidad. Como una prueba más de que es él mismo, en la carne, pide comida y come un trozo de pez asado. Nosotros decimos en el credo de los Apóstoles que creemos en la resurrección de la carne. Nosotros decimos en el credo de Nicea que creemos en la resurrección de los muertos. Este es uno de los pasajes en el núcleo de nuestra creencia. La resurrección a la que Jesús nos conduce no consiste sólo en “vivir de recuerdos”. Los recuerdos humanos se desvanecen y fallan. La resurrección es más que memoria. Es el cumplimiento de la Palabra hecha carne.
- ¿Qué podemos hacer acerca de la misión que Jesús da a los discípulos?
- ¿Cómo nos capacita la esperanza de la resurrección?
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