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Estudio Bíblico: Pascua 2 (C) – 24 de abril de 2022
April 24, 2022
[RCL] Hechos 5: 27-32; Salmo 150; Apocalipsis 1: 4-8; Juan 20: 19-31
Hechos 5: 27-32
Este fragmento de los Hechos de los Apóstoles aparece en medio de una historia emocionante. Pedro y los apóstoles han estado predicando en Jerusalén, y han sido encarcelados. Un ángel les organiza una fuga. En lugar de huir, regresan al templo para continuar predicando por orden de sus salvadores celestiales. Detenido de nuevo, este es el testimonio de Pedro a las autoridades religiosas.
En la cultura estadounidense actual, ser cristiano es profundamente convencional y contracultural. Esta aparente contradicción está en la preponderancia de las ventas navideñas, pero también en la renuencia de muchos cristianos a “mezclar religión y política” o establecer sus comportamientos por las palabras de Jesús en el Sermón de la Montaña. Aunque no estemos bajo la misma amenaza que los apóstoles, el peligro de perder el respeto o parecer “demasiado religiosos” se siente real.
- ¿Dónde me siento llamado a vivir plenamente las enseñanzas de Jesús? ¿Cuánto cuesta?
- ¿Qué oraciones necesito para vivir más plenamente en los llamados de Cristo me hace?
Salmo 150
Todos los días se nos recuerda la pérdida de COVID, incluso cuando las tasas de transmisión disminuyen. Nos tambaleamos al borde de la guerra. Y, sin embargo, aquí estamos en la temporada de Pascua, cantando canciones de alabanza. ¿Se siente fuera de lugar? ¿Cómo vivimos la promesa de la Resurrección cuando se siente que fuera de la iglesia, la muerte y el sufrimiento tienen la última palabra? Y, sin embargo, nuestro salmo de hoy nos insta a alabar a Dios a pesar de todo.
Tal vez este salmo pueda parecer fuera de sintonía con cómo nos sentimos. A pesar del calendario litúrgico, el constante aluvión de muertes que vemos en las noticias puede que no nos deje plenamente convencidos de la resurrección.
Sin embargo, el poeta Rainer María Rilke escribió que debemos “caminar [nuestro] camino de lamento en un camino de alabanza”. El salmista aquí nos muestra cómo: se nos recuerda bailar, regocijarnos, venir al templo. Nuestros lamentos, nuestras tristezas, como la piedra angular que ha sido desechada, son las que Dios usa para reconstruir y resucitar lo que estaba perdido.
- ¿Qué hay en su vida que necesite resurrección? ¿De qué necesita lamentarse para poder alabar a Dios hoy?
Apocalipsis 1: 4-8
Este pasaje es un poderoso recordatorio de que, como cristianos que han entrado en la vida con Cristo resucitado, ¡somos viajeros en el tiempo!
Este saludo aparentemente mundano abre el libro del Apocalipsis. El Apocalipsis es un texto apocalíptico. Si bien la cultura pop ha utilizado este tipo de textos en películas de terror y zombis, en realidad son revelaciones. Nos revelan algo sobre la verdadera naturaleza de las cosas tal como Dios las ha creado, más allá de lo que podemos ver en nuestra existencia lineal cotidiana.
La dirección de esta carta a siete iglesias en Asia es un recordatorio de que esta parte de la Escritura fue escrita en un tiempo y lugar específicos para una audiencia en particular. Pero su mensaje es universal: Cristo es el principio y el fin. Cuando participamos en el banquete celestial de la Eucaristía, estamos con todos los que a lo largo del tiempo han adorado a Dios en gloria y paz. En este momento incierto del tiempo lineal, este pasaje es un profundo recordatorio de que el amor y las promesas de Dios trascienden un momento temporal. Se nos libera del pecado por la muerte y resurrección de Jesús.
No facilita nuestro tiempo, pero este pasaje nos recuerda que enfrentamos los desafíos del mundo con Jesús a nuestro lado.
- ¿Qué le ha sido revelado en los últimos dos años? ¿Cómo podemos leer textos apocalípticos, como el Apocalipsis, con esperanza en lugar de temor?
Juan 20: 19-31
Este fragmento de las Escrituras ofrece al final una frase sorprendente: “Otras muchas señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están relatadas en este libro. Éstas quedan escritas para que crean…”
Los últimos años nos han dejado a muchos conmocionados: la guerra amenaza de nuevo en Europa, las tasas de COVID suben y bajan, las incertidumbres económicas siguen pisándonos los talones. Queremos tranquilidad: queremos tocar el milagro prometido, como Tomás pudo tocar el cuerpo resucitado de Cristo. Creemos, pero luchamos por encontrar esa paz que Jesús prometió a sus seguidores cuando se le apareció después de la resurrección.
Sin embargo, este pasaje nos muestra que nuestros cuerpos importan: Jesús se apareció a sus amigos en la carne. Quizás su cuerpo no fuera el mismo después de su crucifixión y resurrección, pero el hecho de que viniera encarnado no es solo una coincidencia: es una marca de nuestra teología de la Encarnación. Con su cuerpo, Jesús sopla sobre sus discípulos y los toca. Trae con el cuerpo su paz. Como sus discípulos modernos, es nuestra tarea encarnar la paz de Cristo y llevarla al mundo.
- ¿Dónde encuentra la personificación de la paz de Cristo en su vida? ¿Dónde la encarna para los demás? ¿Dónde puede buscarla en lugares en los que no lo ha hecho antes?
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