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Estudio Bíblico: Pascua 2 (B) – 2018
April 09, 2018
Hechos 4:32-35
En frente de mi casa, tengo una placa que dice simplemente: “Te encuentras en Tierra Sagrada”. La puse allí para que me recuerde que, en virtud de la palabra de Dios en la creación, toda tierra es sagrada. Sin embargo, la lectura de esta semana de los Hechos de los Apóstoles demuestra lo que podría ser una tierra verdaderamente sagrada. Se encuentra a los pies de los apóstoles, quienes dan testimonio de la Resurrección. Este discurso crea un espacio para extraordinarias manifestaciones de dar y recibir. Es también una gran muestra de unidad y convivencia: (ellos son “un solo corazón y una sola alma”), que da esperanza a la iglesia naciente y, a través de los siglos, a nosotros cuando nos unimos en nuestro caminar pascual.
- ¿Dónde encuentra espacios sagrados en su vida? ¿En su iglesia?
- ¿A qué podría parecerse una plena unidad y convivencia en su vida? ¿En su congregación? ¿En la sociedad como un todo?
Salmo 133
El corto salmo de esta semana continúa con el mensaje de unidad y convivencia bien desde el comienzo. Después de proclamar cuán buena y agradable es la unidad, el salmista la describe de una manera que pudiera parecer confusa o incómoda, especialmente para el lector moderno. Primero, tenemos la imagen de una gran cantidad de aceite derramado sobre la barba de Aarón y su túnica (y podemos imaginarnos que, como sumo sacerdote, Aarón tenía una barba muy abundante). Esto hará que algunos piensen en rutinas del cuidado de la piel o de la limpieza de las vestiduras, pero [en realidad] la intención es presentar una imagen irresistible de gran bienestar y de bienvenida. Aarón nos llega a través de los siglos para darnos la bienvenida a esta demonstración de unidad. La segunda imagen, la del rocío del monte Hermón que cae sobre Sion, presenta un rompecabezas geográfico: Hermón está en el sur del Líbano, un país lejos de Sion. Es una imagen que muestra que, cuando nos encontramos en unidad y en paz, pueden suceder cosas sumamente impredecibles.
- ¿Dónde ha visto usted que la unidad y la convivencia creen resultados impredecibles, incluso inimaginables?
- ¿Qué otras imágenes de gran bienestar y bienvenida, como la de Aarón y el aceite, podríamos crear en nuestras vidas?
1 Juan 1:1-2:2
Al aparecer solo una semana después de la celebración de la Pascua y la Resurrección, la epístola de esta semana y su aparente énfasis en el pecado y la oscuridad pudiera parecer fuera de lugar, como si fuera más apropiada para un domingo de penitencia en Cuaresma, que para la luz de la Pascua. Pero la enfática declaración inicial es un mensaje de esperanza que se lee como una transcripción del testimonio de los apóstoles de la Resurrección mencionado en los Hechos de los Apóstoles.
Juan escribe [esto] hacia el final del primer siglo d. C, y de entrada presenta un mensaje de perseverancia y se enfoca en un grupo de creyentes en conflicto que podrían estar empezando a tener algunos interrogantes. También pudieran encontrarse fallando en su vida cotidiana [al tratar] de llevar una vida sin pecado. Estas dudas y deficiencias probablemente les sean muy familiares a nuestros lectores de hoy. Juan establece los límites de una vida sin pecado, ([aquella en la que hay] una relación correcta con Dios), y luego reconoce lo inevitable de nuestros fracasos. Solamente en nuestro abogado Jesucristo y su sacrificio expiatorio del Viernes Santo podemos esperar volver a una relación correcta con Dios y mantenerla.
- ¿En qué momento nos encontramos “desconectados” del deseo de Dios hacia nosotros?
- ¿Cómo podría nuestra comunidad eclesial ser un modelo de compañerismo mutuo y con Dios?
Juan 20:19-31
El término “creencia” aparece con frecuencia en el Evangelio de Juan. Para nosotros esto puede leerse como una declaración afirmativa, como cuando decimos: “Creemos en un solo Dios”, en el Credo de Nicea. Pero creer, para John, es un verbo de acción. Es un acto continuo de hacer algo, de ser obediente a Jesucristo. La invitación que Jesús hace a Tomás de tocar sus heridas es el hecho físico que Tomás necesita para comenzar su acto continuo de creer, de obediencia. Y esa invitación se extiende a todos aquellos que vinieron después, a los que creen sin necesidad de tocar.
Se enfatiza en la lectura que el Cristo resucitado entra dos veces a través de puertas que están con llave o cerradas. Es tanto un testimonio de su capacidad de estar con los discípulos a pesar de los impedimentos físicos, como un recordatorio, una metáfora, de la capacidad de Cristo de comunicarse con nosotros sin importar las barreras que podamos poner; como cuando anhelamos también una señal física o creemos que no necesitamos la ayuda de Cristo. Este evangelio nos recuerda que Él siempre está allí, y siempre diciendo: “La paz sea contigo”.
- ¿Cómo podría la idea de un acto continuo de creer y obedecer cambiar nuestra vida fuera de la iglesia? ¿Dentro de la iglesia?
- ¿Cuándo atravesó Cristo sus barreras para llegar a usted? ¿De qué manera su invitación a tocar sus heridas podría ayudar durante momentos difíciles?
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