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Estudio Bíblico: Día de Pascua (C) – 2013
March 31, 2013
Isaías 65:17-25
Las cuatro lecturas del leccionario para este día de Pascua presentan todas ellas los temas de victoria, alegría, gratitud y responsabilidad, lecturas todas ellas importantes en este día que celebramos la resurrección de nuestro Señor, y el pasaje de Isaías establece el tono para el día. La lectura proviene de lo que a menudo se suele llamar el Tercer Libro de Isaías (capítulos 56-66) y se coloca aproximadamente en el período inicial tras el regreso de algunos de los israelitas exiliados de Babilonia, probablemente durante el primer siglo del imperio de Persia en la tierra de Israel. Nada en el lugar es como se esperaba, y, sin embargo, el autor de Isaías pinta un cuadro glorioso de lo que será la nueva Jerusalén.
Una cualidad interesante de este texto es la forma en cómo se basa en tradiciones anteriores al exilio. Por ejemplo, en el versículo 17, cuando el autor cita a Dios diciendo: “Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva”, la palabra hebrea para “crear” (barah) es la misma que se utiliza en Génesis 1; de hecho, es la misma que la primera palabra de la Biblia. El autor pudiera haber usado otras palabras, como “hacer” (asah), por ejemplo. ¿Por qué fue tan importante la elección de esta palabra y qué significa para iniciar la descripción de este nuevo mundo en el capítulo 65 de Isaías, tal como se inicia el relato de la creación?
- Todo el pasaje de Isaías tiene resonancias con nuestra visión cristiana del reino de los cielos, y en la práctica con frecuencia se dice que gran parte de los escritos de Isaías son como una profecía de la venida de Jesús, su ministerio, su muerte y su resurrección. Sin embargo, teniendo en cuenta el contexto en que fue escrito el pasaje, ¿qué emociones universales evoca este pasaje? ¿Esperanza? ¿Alegría? ¿Qué más puedes ver aquí que podría traer consuelo a los afligidos?
- Una vez más, los escritos de Isaías se utilizan a menudo como narraciones proféticas acerca de la venida de Jesús. Pero este pasaje en particular, no habla de la llegada de una persona, describe la llegada de un nuevo mundo. Jerusalén es un personaje de nuestra historia. ¿Por qué Jerusalén? Toma un minuto y compara este texto con lo escrito en Apocalipsis 22, el importante simbolismo cultural de la ciudad de Jerusalén es claramente compartido por el judaísmo y la fe cristiana que surgió de él. ¿Qué influencia tiene en nosotros esta visión sagrada de Jerusalén en nuestra época?
Salmo 118:1-2, 14-24
El salmo para hoy contiene uno de esos textos a menudo citados, uno de esos que sabe incluso la gente que normalmente no estudia la Biblia: “Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos en él” (versículo 24). El escritor de Isaías habla las palabras de Dios, pintando un hermoso cuadro del nuevo mundo que ha de venir mediante la gracia y el amor de Dios, mientras que el salmista expresa la respuesta del receptor de esa gracia.
El Salmo 118 es, en la liturgia de la Pascua, el último salmo cantado. A menudo se le llama una canción de liberación (o acción de gracias), y en los días del Templo fue utilizado por toda la comunidad como parte de la adoración festiva en un día no muy diferente a como lo hacemos hoy en nuestra propia tradición. Mientras que el leccionario elimina los versículos que relatan los problemas del salmista antes de su liberación (vv. 2-13), incluso estos son recitados en el tiempo pasado, no son un grito para una ayuda inmediata.
- ¿En qué formas específicas liberó el Señor a nuestro salmista en el Salmo 118? ¿Cómo se relacionan esos actos salvíficos con las promesas del pasaje de Isaías?
- Echa un vistazo al texto y mira si puedes encontrar los elementos “litúrgicos” en nuestro salmo. Imagínate el texto cantado o repetido durante una procesión. ¿Qué partes se dirían fuera de la puerta? ¿Alguna parte del salmo parece una canción que podría ser cantada por sí mismo, como una doxología? ¿Por qué, como cristianos, leemos este salmo hoy como parte de nuestra adoración de Pascua?
Hechos 10:34-43
Hemos escuchado las glorias del reino venidero en el pasaje de Isaías, hemos ofrecido alabanza y acción de gracias con un salmo, y ahora, en el libro de los Hechos, aprendemos la responsabilidad de dar testimonio de este mensaje: “Y nos mandó que predicásemos al pueblo y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios como juez de vivos y muertos “(v. 42).
- En mi iglesia, cada servicio de Pascua comienza con el pastor anunciando a la multitud: «¡Cristo ha resucitado!”. Y la congregación sabe que la respuesta a esa proclamación es: “¡En verdad, Cristo ha resucitado!”. En este pasaje ¿qué nos dice Pedro sobre la historia que nosotros, como discípulos, tenemos que anunciar? ¿Quién va a recibir este mensaje? ¿Quién va a proclamarlo? ¿Qué es lo importante sobre el mensaje en sí mismo? ¿Qué elementos de la vida y ministerio de Jesús menciona Pedro como partes importantes de ese mensaje?
- Pedro pronunció este sermón en la casa de uno llamado Cornelio, un gentil, no un judío. ¿Por qué es eso tan importante en el mensaje de Pedro? ¿Qué implica esa importancia para nosotros hoy?
Juan 20:1-18
En la lectura de Isaías, oímos las promesas de gloria y alegría, en el salmo ofrecimos alabanzas y acción de gracias por la liberación que nos traerá gloria y alegría, y en el libro de los Hechos aprendimos sobre la responsabilidad que tenemos para con los demás como receptores de esa liberación, y finalmente, en la lectura del evangelio, tenemos la oportunidad de vivir ese momento de liberación, en toda su confusión, miedo y belleza. Este es el momento de la metanoia, o del cambio, que trae a cada uno de nosotros en nuestras vidas la clase de discipulado que permite entender nuestra alegría, nuestra gratitud y nuestra responsabilidad.
El relato de Juan de este pasaje es diferente al que encontramos en los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). En cada uno, las figuras presentes en este caso son diferentes, pero siempre comienzan con las mujeres. Por mucho que nos gustaría tomar eso como una declaración feminista por parte de los autores, es simplemente algo cultural, ya que era tarea de las mujeres de la familia a realizar los rituales en el lugar del entierro.
- María encuentra que la piedra de la tumba había sido quitada (versículo 1). ¿Qué otra historia en el evangelio de Juan incluye que una piedra ha sido removida (11:38-41)? ¿Y qué decir de la ropa del entierro en cada historia? ¿Qué vemos cuando leemos juntas estas historias? ¿Por qué llora María? ¿Qué sucede que le permite a María reconocer las figuras que ve fuera de la tumba?
- Nuestro pasaje trata del tipo de confusión que muchos de nosotros sentimos cuando entramos en una vida de discipulado. ¿Puedo creer lo que está ante mis ojos? ¿Por qué lloro cuando el mensaje de gracia y de amor del reino de los cielos se me ha contado una y otra vez? ¿Qué debe suceder en nuestras vidas para que verdaderamente podamos entender el significado del día de Pascua?
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