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Estudio Bíblico: Cuaresma 2 (C) – 2013
February 24, 2013
Génesis 15:1-18
¿Qué estaba pensando Abram cuando Dios respondió? Me imagino que podría haber pasado algo como así:
“¿Por qué me estás diciendo que no tenga miedo? Tu advertencia solo me da más miedo. ¿Eres tú mi protector? ¿Dónde has estado? ¿Gran recompensa? Sí, claro, que ni siquiera me has dado hijos. Por el amor de Dios, ¿por qué iba yo a querer una gran recompensa cuando todo lo que he querido durante este tiempo es una familia? ¿Realmente entiendes cuánto dolor y vergüenza nos ha causado esto? He tenido que pedir a un esclavo que sea mi heredero. Ahora, de repente nos prometes no sólo que vamos a tener hijos, sino también que mis descendientes serán más numerosos que las estrellas del cielo. ¿Qué ha pasado aquí?”
A veces podemos pedir y anhelar algo durante mucho tiempo. Pero cuando Dios actúa, es más allá de lo que incluso hemos soñado. Nos encontramos en la intersección del miedo y de la emoción. La gran relación personal de Abram con Dios se muestra en este pasaje, su fe y compromiso con el tiempo ha dado fruto como se evidencia en la promesa de Dios, una promesa incondicional sin esperar nada. ¿Qué es lo que en tu vida has estado pidiendo durante mucho tiempo sin tener una respuesta? ¿Has perdido la esperanza?
Salmo 27
La gran alegría y victoria desbordante de este salmo son contagiosas. Me hace pensar en los fans de un equipo ganador (como los de los campeones del Super Bowl). Hay un orgullo de saber que durante todo el tiempo estabas en lo cierto y que tu confianza en el equipo ha sido justificada por su desempeño.
Nada se siente mejor que tener nuestras opciones validadas, especialmente si son opciones que no se pueden respaldar con datos concretos. “Yo sólo lo siento en mis entrañas”. “Vivo de esa fe”. Todavía decimos estas cosas porque somos humanos. A veces somos racionales, probando nuestras afirmaciones con la razón, pero otras veces seguimos a nuestro espíritu que nos guía para tomar una decisión basada en algo mucho más profundo. En la fe.
Y cuando Dios cumple una promesa, cantamos alabanzas, alabanzas victoriosas, para que todo el mundo a nuestro alrededor nos pueda oír. Debido a que nuestra fe está justificada renovamos nuestro compromiso “enséñame tu camino, Señor”.
- ¿Por qué cosa has cantado alabanzas en tu vida? ¿Por una victoria deportiva? ¿Por un aumento de sueldo? ¿Por la boleta de calificaciones o desempeño de tu hijo? Toma tiempo para reflexionar sobre la actividad de Dios en tu vida.
Filipenses 3:17-4:1
Pablo se dirige a la comunidad de los filipenses como a una familia, una familia nueva en Cristo. Pide a todos a que se unan a él en la imitación de Cristo, como individuos y como comunidad, ya que no es bueno seguir estas pautas por uno mismo. Como cristianos, estamos llamados a vivir en comunidad y apoyarnos unos a otros. Vivir una vida de imitación de Cristo es difícil, y es mejor hacerlo en compañía de los demás.
Pablo está desafiando a los filipenses a hacerse mutuamente responsables de un nivel moral más alto que las tradicionales costumbres greco-romanas de ese momento. Esta llamada es permanente en nuestras vidas hoy, en la carta a los romanos nos recuerda: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto” (Romanos 12:2).
- ¿Estás actualmente conectado a una comunidad cristiana, a una iglesia, escuela, campamento u otra organización? ¿Saben tus amigos y familiares que estás tratando de vivir una vida en Cristo? Si ocultamos este caminar, nos negamos a nosotros mismos y a los demás la oportunidad de que nos desafíen y ayuden a crecer en nuestra fe.
Lucas 13:31-35
Los fariseos reciben una mala reputación en los evangelios. Pero debemos recordar que no todos los fariseos eran terribles, algunos fueron más extremados que otros en sus reacciones a Jesús. Así como hoy en día dentro de cualquier religión, secta o denominación, hay creyentes extremados en hacer cumplir la ley y creyentes que son más moderados.
Aquí, en realidad, están advirtiendo a Jesús, algo que no vemos mucho en los evangelios. Pero Jesús les recuerda que su destino es sufrir y morir, porque está cumpliendo su papel de profeta. Les dice que va a morir en Jerusalén y que Jerusalén lo matará.
- Luego, en el versículo 35, predice su resurrección. ¿Cómo es que Jesús repite esto una y otra vez en los evangelios y la gente todavía no pudo ver, oír o entender el mensaje?
Jesús se convierte en humano, sufriendo, muriendo por nosotros, resucitó y ahora está sentado a la diestra de Dios. Los dioses no se convierten en seres humanos, y los humanos no se convierten en dioses. Al menos, eso es lo que los mitos y las historias en las tradiciones de todo el mundo demuestran. Incluso hoy en día es una revelación estremecedora.
- Si alguien te pide que expliques cómo la muerte de Jesús en la cruz es relevante para el mundo de hoy, ¿qué le dirías?
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