Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Cuaresma 1 (A) – 2017

March 06, 2017


Génesis 2:15-17, 3:1-7

El Miércoles de Ceniza, se exhorta al pueblo de Dios a comenzar la observancia de una Santa Cuaresma. La disciplina de la Cuaresma ha de ser más que meramente renunciar a un postre favorito o tratar de hacer más ejercicio. Más bien, se pide a la Iglesia que observe  una temporada de auto reflexión y confesión, volviéndose a Dios y sometiéndose completamente a Dios. La primera lectura de Génesis pone nombre al enemigo que es probable que encontremos cuando tratamos de satisfacer las demandas de la Cuaresma: la tentación.

En el personaje de la serpiente, esta lectura pinta un retrato de la tentación. La lectura no solo nos enseña que la tentación es astuta, sino también de qué manera es astuta. Se destacan dos. Quizás el aspecto más pernicioso de la tentación se destaque cuando la serpiente le dice a Eva: “No morirás, sino que se te abrirán los ojos”. La tentación puede ser reconocida porque en su astucia mezclará una verdad en la mentira para hacer que la mentira sea más aceptable.

La lectura también nos enseña que es propio de la tentación el propagarse. En cuanto Eva ha comido del árbol prohibido, ella también tienta a Adán a pecar. El pecado de la tentación no se contenta con quedarse quieto, sino que, como una plaga, prospera cuando se propaga de una persona a otra hasta que ha infectado a todos. Para resistir la tentación, deberíamos ser capaces de reconocer cuando hemos sido tentados, y resistirnos cuando sentimos la inclinación de tentar a otros.

  • ¿Cómo te has enfrentado a la tentación en tu vida? ¿Cómo has ayudado a difundir la tentación?
  • ¿Cómo reconoces verdades y mentiras mezcladas en tu vida espiritual? ¿Cómo las resistirás?

Salmo 32

El Salmo 32 trata de una de las disciplinas centrales de la Cuaresma: la confesión. Para aquellos de nosotros que estamos acostumbrados a confesar nuestros pecados en las palabras genéricas de la confesión general que decimos cada domingo, el concepto de nombrar nuestros pecados en voz alta ante Dios puede parecer algo extraño. Pero como dice el salmista: “Cuando callaba, se consumían mis huesos”. El peso del pecado no confesado se vuelve insoportable hasta que finalmente no tenemos más remedio que gritarlo ante Dios. Solo entonces, según el salmista, se perdona la culpa del pecado.

  • Reflexiona sobre los pecados particulares que tal vez necesites confesar.
  • ¿Por qué crees que el salmista afirma que la confesión de los pecados conduce a su perdón?

Romanos 5:12-19

En este pasaje de la carta a los romanos, Pablo hace la afirmación de que “Adán fue el tipo del venidero”, es decir, de Cristo. Sin embargo, en Cristo, el tipo se ha cambiado completamente. Así como muchos han muerto por el pecado de Adán, en Cristo, muchos han recibido el don gratuito de la gracia. Así como a través de la transgresión de un hombre, la muerte ganó dominio sobre el mundo, el acto de justicia de un hombre conduce a la justificación y a la vida para todos. Si la Cuaresma ha de ser un tiempo para que volvamos otra vez a Dios, para reorientarnos, entonces este pasaje de la epístola proporciona una especie de mapa de camino en esa reorientación. A través de las exigentes disciplinas espirituales de la Cuaresma, cambiamos de la vieja vida en el mundo del pecado de Adán, a la nueva vida que se ofrece en Cristo. Viajamos a través de la oscura temporada de la Cuaresma, con la esperanza y expectativa de que una nueva vida en Cristo nos espera al otro lado.

  • ¿Cómo sería posible observar las exigencias de la Cuaresma sin perder de vista la esperanza que nos espera al otro lado?

Mateo 4:1-11

Este pasaje de Mateo provee la razón para la temporada cuaresmal. Como Cristo fue al desierto durante cuarenta días y cuarenta noches, se nos exhorta a pasar cuarenta días y cuarenta noches en oración ferviente, arrepentimiento y confesión. Nos recuerda que incluso en medio de nuestras propias luchas y tentaciones, estamos en compañía de Jesús, y eso es realmente muy alentador. No podemos escapar de la oscuridad de la temporada de la Cuaresma, ni de la agonía que vendrá el Viernes Santo, pero podemos avanzar con la confianza de que Jesús está con nosotros todo el tiempo. Así como los ángeles vinieron y esperaron a Jesús en el desierto, Jesús nos espera mientras pasamos los cuarenta días de la Cuaresma que son la preparación para la celebración de la Pascua.

  • ¿De qué manera te das cuenta de que Jesús te está ministrando a lo largo de las pruebas no solo de la temporada cuaresmal, sino de tu vida?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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