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Estudio Bíblico: Adviento 4 (B) – 2014
December 21, 2014
2 Samuel 7:1-11, 16
Encontramos a David viviendo en su casa, el Señor le ha dado descanso de sus enemigos. Adviertase que esto no es algo que David quería: “El Señor le dio descanso”. Leemos que David quería construir una casa para el Señor. Esto puede ser un gesto de agradecimiento por parte de David, pero aun así, es presuntuoso que David construyera una casa para el Señor. Dios responde a David por medio del profeta Natán, y le deja en claro que ha sido Dios quien tomó al pastor David, y lo convirtió en rey. Dios es el que va a crear un lugar estable en el que viva el pueblo de Israel. Dios es el que le “dará descanso de todos sus enemigos” y es Dios quien construirá una casa para David. Esta casa será “firme para siempre”.
De esto vamos a entender varias cosas: la grandeza es un don de Dios; no logramos la grandeza sin Dios; la grandeza se logra por nosotros y para nosotros por Dios; Dios promete obrar con nosotros grandes cosas.
Lo más importante es que debemos darnos cuenta que no podemos hacer nada para construir el Señor. El único edificio que puede tener lugar es cuando nos volvemos al Señor. “Si el Señor no construye la casa, los que construyen en vano trabajan” (Salmo 126: 1).
- ¿De qué manera la sociedad secular entiende la grandeza y la construcción?
- ¿Cómo entiende usted lo que se considera que son grandes logros en el mundo secular?
- ¿Cómo entiende usted la casa de David en el contexto de que se establezca para siempre?
- ¿Quién es la casa de David? ¿Somos nosotros miembros?
Cántico 15 (Lucas 1:46-55), el Magnificat
María ha aceptado lo que Gabriel le ha dicho. Ella ha aceptado literalmente a Cristo en su vida.
Nótese el gran movimiento vertical en este pasaje. El alma de María canta la grandeza del Señor. Otra traducción de la palabra griega Μεγαλύνει es “causar que se le tenga a uno en mayor estima a través de la alabanza o de una obra, exaltar, glorificar, hablar muy bien de”. El alma de María se regocija, eleva alabanzas al Señor. Ella se refiere a su estado humilde, pero sabe que será llamada bendita por todos los siglos.
La misericordia de Dios es para los que le temen. Dios humilla a los poderosos y ensalza a los humildes. Por último, observe que la causa de todo este movimiento es el poderoso movimiento descendiente de Dios: Dios se encarnó en María.
- ¿Cómo podemos ensalzar al Señor en nuestra vida cotidiana?
- ¿Puede usted ver el movimiento vertical descrito en el Magnificat en el mundo de hoy?
Romanos 16:25-27
Estos tres versos están llenos de palabras y pensamientos poderosos. Dios nos fortalece de acuerdo al evangelio de Pablo y las enseñanzas de Jesucristo. Todo esto es la “revelación del misterio que se ha mantenido oculto… pero ahora se da a conocer; a través de los escritos proféticos se da a conocer a todas las naciones”.
Es importante tener en cuenta los antecedentes de Pablo, impregnado de las enseñanzas de la Biblia hebrea. Está señalando el vínculo entre los escritos proféticos y la vida, muerte y resurrección de Jesús. Pablo enmarca todo esto como el “mandamiento del Dios eterno”. El propósito de este mandamiento es “la obediencia de fe”.
¿Cuál es la obediencia de fe? Si tenemos en cuenta que la fe es la presencia de Jesús en el creyente, entonces debemos considerar la obediencia de Jesús: “Él, siendo en forma de Dios… se anonadó, tomando la forma de siervo” (Filipenses 2: 6-7). Pablo concluye esta carta a los romanos diciendo que el propósito de Dios para nosotros es estar facultados por la presencia de Jesús en nuestras vidas para ser siervos de todos. Esta servidumbre es la ofrenda de amor, esperanza, bondad y misericordia para con todos. Somos fortalecidos por Dios (v. 25) para hacer esto.
- ¿Puede observar los escritos proféticos y ver cómo lo que pudo haber parecido ser misterioso y oculto ahora se ha dado a conocer a todas las naciones a través del evangelio?
- ¿Cómo se puede servir mejor a los propósitos de Dios sirviendo a los demás más cada día?
Lucas 1:26-38
En este precioso pasaje, aprendemos cómo María recibe la noticia de que va a ser la madre de nuestro Señor Jesús. Cuando se le dijo que era “favorecida”, María quedó “muy preocupada”.
No sabemos lo que pudo pensar, pero es posible que se haya preguntado: “¿Por qué yo? ¿Quién soy yo? ¿Estaré a la altura de lo que está a punto de suceder?”
Sabemos que ella se preguntó cómo concebiría si ya estaba prometida, pero aún era virgen: una cuestión práctica. Gabriel mitiga sus dudas con el ejemplo del embarazo de Isabel, aunque avanzada en edad y había sido estéril. Lo más importante, sin embargo, es cuando dice: “Para Dios nada es imposible” (v. 37).
María, fortalecida por la fe, no muy diferente a la fe de Abraham (Génesis 15: 6), cree y se ofrece como sierva de Dios, plenamente comprometida a servir.
- María no ganó su estatus de favorecida; fue elegida. ¿Se considera usted favorecido (elegido) de Dios de alguna manera? ¿Qué hace al respecto?
- Gabriel aseguró a María que “para Dios, no hay nada imposible”. A medida que nos acercamos a la celebración de la Encarnación de la Palabra – el nacimiento de Jesús – ¿cómo puede uno ser fortalecido con esta seguridad y ofrecérsela a los demás?
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