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Decimotercero Domingo después de Pentecostés
Propio 15
La Colecta:
Dios omnipotente, por nosotros entregaste a tu Hijo único como sacrificio por los pecados y como ejemplo de vida piadosa: Danos gracia para recibir con gratitud los frutos de su obra redentora, y seguir de día en día las huellas benditas de su santísima vida; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Antiguo Testamento: 1 Reyes 2:10-12; 3:3-14
10 David murió y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David. 11 Fue rey de Israel durante cuarenta años, de los cuales reinó siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. 12 Luego reinó Salomón en lugar de David, su padre, y su reinado fue muy estable. […]
3 Salomón amaba al Señor y cumplía las leyes establecidas por David, su padre, aun cuando él mismo ofrecía sacrificios e incienso en los lugares altos, 4 e incluso iba a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquél era el lugar alto más importante; y ofrecía en aquel lugar mil holocaustos.
5 Una noche, en Gabaón, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré.»
6 Salomón respondió: «Tú trataste con gran bondad a mi padre, tu siervo David, pues él se condujo delante de ti con lealtad, justicia y rectitud de corazón para contigo. Por eso lo trataste con tanta bondad y le concediste que un hijo suyo se sentara en su trono, como ahora ha sucedido. 7 Tú, Señor y Dios mío, me has puesto para que reine en lugar de David, mi padre, aunque yo soy un muchacho joven y sin experiencia. 8 Pero estoy al frente del pueblo que tú escogiste: un pueblo tan grande que, por su multitud, no puede contarse ni calcularse. 9 Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién hay capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso?»
10 Al Señor le agradó que Salomón le hiciera tal petición, 11 y le dijo: «Porque me has pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino inteligencia para saber oír y gobernar, 12 voy a hacer lo que me has pedido: yo te concedo sabiduría e inteligencia como nadie las ha tenido antes que tú ni las tendrá después de ti. 13 Además, te doy riquezas y esplendor, cosas que tú no pediste, de modo que en toda tu vida no haya otro rey como tú. 14 Y si haces mi voluntad, y cumples mis leyes y mandamientos, como lo hizo David, tu padre, te concederé una larga vida.»
Salmo: 111
1 ¡Aleluya! Daré gracias al Señor de todo corazón, *
en la asamblea de los rectos, en la congregación.
2 ¡Grandes son las obras del Señor! *
Son dignas de estudio para los que las aman.
3 Su obra está llena de esplendor y majestad, *
y su benevolencia permanece para siempre.
4 Ha hecho memorables sus maravillas; *
clemente y compasivo es el Señor.
5 Da alimento a los que le veneran; *
para siempre se acuerda de su pacto.
6 El poder de sus obras manifestó a su pueblo, *
dándoles la heredad de las naciones.
7 Las obras de sus manos son verdad y juicio; *
fidedignos son todos sus mandamientos,
8 Afirmados eternamente y para siempre, *
hechos en verdad y en rectitud.
9 Redención envió a su pueblo; para siempre ordenó su pacto; *
santo y temible es su Nombre.
10 Principio de la sabiduría es el temor del Señor;
tienen buen juicio los que lo practican; *
su loor permanece para siempre.
Antiguo Testamento: Proverbios 9:1-6
1 La sabiduría construyó su casa,
la adornó con siete columnas;
2 mató animales para el banquete,
preparó un vino especial,
puso la mesa
3 y envió a sus criadas a gritar
desde lo alto de la ciudad:
4 «¡Vengan acá, jóvenes inexpertos!»
Mandó a decir a los imprudentes:
5 «Vengan a comer de mi pan
y a beber del vino que he preparado.
6 Dejen de ser imprudentes, y vivirán; condúzcanse como gente inteligente.»
Salmo: 34:9-14
9 Teman al Señor, ustedes sus santos, *
pues nada falta a los que le temen.
10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre, *
pero los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien.
11 Vengan, hijos, y escúchenme; *
el temor del Señor les enseñaré.
12 ¿Hay alguien que ame la vida, *
y desee muchos días para ver el bien ?
13 Guarda tu lengua del mal, *
y tus labios de hablar engaño.
14 Apártate del mal, y haz el bien; *
busca la paz, y síguela.
Nuevo Testamento: Efesios 5:15-20
15 Cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría. 16 Aprovechen bien este momento decisivo, porque los días son malos. 17 No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. 18 No se emborrachen, pues eso lleva al desenfreno; al contrario, llénense del Espíritu Santo. 19 Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y canten y alaben de todo corazón al Señor. 20 Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
El Evangelio: Juan 6:51-58
51 Jesús dijo: —Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.»
52 Los judíos se pusieron a discutir unos con otros: —¿Cómo puede éste darnos a comer su propia carne?
53 Jesús les dijo: —Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. 57 El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. 58 Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.
Más recursos para Propio 15B
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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.
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