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San Bernabé el apóstol
La Colecta:
Concédenos, oh Dios, que sigamos el ejemplo de tu fiel siervo Bernabé, que no buscaba su propio provecho sino el bienestar de tu Iglesia, y ofrecía generosamente sus bienes y su vida para el socorro de los pobres y la propagación del Evangelio; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
El Antiguo Testamento: Isaías 42:5-12
5 Dios, el Señor, que creó el cielo y lo extendió,
que formó la tierra y lo que crece en ella,
que da vida y aliento a los hombres que la habitan,
dice a su siervo:
6 «Yo, el Señor, te llamé
y te tomé por la mano,
para que seas instrumento de salvación;
yo te formé, pues quiero que seas
señal de mi alianza con el pueblo,
luz de las naciones.
7 Quiero que des vista a los ciegos
y saques a los presos de la cárcel,
del calabozo donde viven en la oscuridad.
8 Yo soy el Señor, ése es mi nombre,
y no permitiré que den mi gloria a ningún otro
ni que honren a los ídolos en vez de a mí.
9 Miren cómo se cumplió todo lo que antes anuncié,
y ahora voy a anunciar cosas nuevas;
se las hago saber a ustedes antes que aparezcan.»
10 Canten al Señor un canto nuevo;
desde lo más lejano de la tierra alábenle
quienes navegan por el mar
y los animales que viven en él,
los países del mar y sus habitantes.
11 Que se alegren el desierto y sus ciudades
y los campamentos de la tribu de Quedar.
Que canten de gozo los habitantes de Selá;
que alcen la voz desde las cumbres de los montes.
12 Que den gloria al Señor
y proclamen su alabanza en los países del mar.
Salmo: 112
1 ¡Aleluya! ¡Dichosos los que temen a mi Soberano, *
y de corazón se deleitan en sus mandamientos!
2 Su descendencia será poderosa en la tierra; *
la generación de los rectos será bendita.
3 Bienes y riquezas habrá en su casa, *
y su benevolencia permanecerá para siempre.
4 La luz resplandece en las tinieblas para los rectos; *
los justos son clementes y compasivos.
5 Buenos los que son generosos y prestan, *
y administran sus asuntos con juicio.
6 Por eso jamás tropezarán; *
en memoria eterna se tendrá a los justos.
7 No temerán las malas noticias; *
su corazón está firme, confiado en mi Soberano.
8 Firme está su corazón, y no temerá, *
hasta ver cumplido en sus enemigos su deseo.
9 Han repartido liberalmente al pobre, y su generosidad permanece para siempre; *
alzarán la frente con dignidad.
10 Los malvados, al verlo, se enfurecerán; crujirán los dientes, y se consumirán; *
el deseo de los malvados fracasará.
El Nuevo Testamento: Hechos 11:19-30;13:1-3
19 Después de la muerte de Esteban, comenzaron a perseguir a los creyentes, por lo que algunos tuvieron que huir a Fenicia, Chipre y Antioquía. Allí anunciaron a los judíos el mensaje del evangelio, pero no a los demás. 20 Sin embargo, algunos creyentes de Chipre y de Cirene llegaron a la ciudad de Antioquía y hablaron también a los no judíos, anunciándoles la buena noticia acerca de Jesús, el Señor. 21 El poder del Señor estaba con ellos, y así fueron muchos los que dejaron sus antiguas creencias y creyeron en el Señor.
22 Los de la iglesia de Jerusalén, al conocer esta noticia, mandaron a Bernabé a Antioquía. 23 Al llegar, Bernabé vio cómo Dios los había bendecido, y se alegró mucho. Les aconsejó a todos que con corazón firme siguieran fieles al Señor. 24 Porque Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y así mucha gente se unió al Señor.
25 Después de esto, Bernabé fue a Tarso a buscar a Saulo, 26 y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Allí estuvieron con la iglesia un año entero, enseñando a mucha gente. Fue en Antioquía donde por primera vez se les dio a los discípulos el nombre de cristianos.
27 Por aquel tiempo, unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía. 28 Y uno de ellos, llamado Agabo, puesto de pie y por inspiración del Espíritu, anunció que iba a haber una gran hambre en todo el mundo, lo cual sucedió, en efecto, en tiempos del emperador Claudio. 29 Entonces los creyentes de Antioquía decidieron enviar ayuda a los hermanos que vivían en Judea, según lo que cada uno pudiera dar. 30 Así lo hicieron, y por medio de Bernabé y Saulo mandaron una ofrenda a los ancianos de Judea.
1 En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros. Eran Bernabé, Simón (al que también llamaban el Negro), Lucio de Cirene, Menahem (que se había criado junto con Herodes, el que gobernó en Galilea) y Saulo. 2 Un día, mientras estaban celebrando el culto al Señor y ayunando, el Espíritu Santo dijo: «Sepárenme a Bernabé y a Saulo para el trabajo al cual los he llamado.»
3 Entonces, después de orar y ayunar, les impusieron las manos y los despidieron.
El Evangelio: Mateo 10:7-16
7 Jesús dijo a los doce: «Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado. 8 Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
9 »No lleven oro ni plata ni cobre 10 ni provisiones para el camino. No lleven ropa de repuesto ni sandalias ni bastón, pues el trabajador tiene derecho a su alimento.
11 »Cuando lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan de allí. 12 Al entrar en la casa, saluden a los que viven en ella. 13 Si la gente de la casa lo merece, su deseo de paz se cumplirá; pero si no lo merece, ustedes nada perderán. 14 Y si no los reciben ni los quieren oír, salgan de la casa o del pueblo y sacúdanse el polvo de los pies. 15 Les aseguro que en el día del juicio el castigo para ese pueblo será peor que para la gente de la región de Sodoma y Gomorra.
16 »¡Miren! Yo los envío a ustedes como ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes, aunque también sencillos como palomas.»
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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.
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