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Estudio Bíblico: Domingo de la Trinidad (A) – 2020
June 07, 2020
Génesis 1: 1-2: 4a
Este es el primero de los dos relatos de la creación en el Génesis. En éste, que proviene de lo que se conoce como la tradición sacerdotal, Dios creó, Dios habló y Dios estableció el orden del caos. Este orden en el que Dios crea es reflexivo, bien planificado e intencional. En cada día de la creación, Dios se toma el tiempo para reconocer la bondad de lo que fue creado. Esta historia de la creación presenta a un Dios divino y cósmico que no solo crea sino que está en relación con la humanidad y toda la creación.
La intencionalidad y el trabajo de Dios no se quedan en una carpeta que se encuentra diez años después; el amor de Dios por nosotros es eterno y nuestra relación con Dios es personal y continua. Esta historia de la creación en particular ha sido investigada durante siglos por personas que intentan comprender su contexto histórico, literal y original. Todo esto es importante entenderlo porque este pasaje de la Biblia contiene historia: historia en el contexto de comprender más sobre lo que está tratando de decir, pero también historia sobre cómo se ha utilizado. Este Dios que nos ama y nos creó ha sido utilizado para justificar acciones en la creación que destruyen, excluyen, esclavizan, oprimen y lastiman a la humanidad y otros seres vivos. Ser hecho a esta imagen y semejanza de Dios nos asegura cuánto Dios nos ama y quiere nuestra compañía. Al mismo tiempo, hacerse a imagen de Dios requiere responsabilidad de nuestra parte, es decir, nuestro llamado a cuidar toda la creación. Esta historia de la creación es un recordatorio de cómo somos tan amados por Dios, y también de cómo debe continuar nuestra tarea de cuidar la tierra.
- ¿De qué manera esta historia de la creación refleja su relación con Dios?
- ¿Conoce alguna manera en que esta historia se haya utilizado para maltratar a otros?
- Al escuchar esta historia de la creación hoy, ¿cómo cree que nuestro Dios trino nos está llamando hoy? ¿Cuáles son algunas de nuestras responsabilidades para cuidar la creación de Dios?
Salmo 8
“¿Quién soy yo para que Dios se fije en mí?” Estas son las palabras que fluyen por mi cabeza mientras leo el Salmo 8. ¿Quién soy yo, para que este Dios cósmico y poderoso, que tan bellamente creó el mundo, se percatara de mí? A veces, Dios puede sentirse tan lejos. Esta distancia se crea ya sea por lo que Dios es o por lo que sentimos que Dios no es. Debido a esta distancia Dios bajó como humano, para que podamos encontrar un creador humilde, amoroso y afectuoso, que se fije en nosotros. A veces es difícil creer que a Dios realmente le importamos, pero incluso en nuestras dudas, Dios está presente y no nos quedamos solos. Experimentamos la presencia de Dios de muchas maneras diferentes; algunos de nosotros en la esperanza, algunos en la naturaleza, algunos en la Eucaristía, y mucho más. Esto no nos impide preguntarnos dónde está Dios o cómo Dios podría fijarse en nosotros; sin embargo, crea un espacio para una relación con Dios que es vivificante, abierta, honesta, llena de altibajos y transformadora.
- La fe no es un viaje fácil. ¿Ha habido ocasiones en las que se ha sentido distante de Dios? ¿Qué le acercó de nuevo?
- Creemos en un Dios trino. ¿Cómo entiende la Trinidad en su vida de fe? ¿Es confuso? ¿Tiene algo de sentido? ¿Se relaciona con una persona de la Trinidad más que con otra?
2 Corintios 13: 11-13
Este es el final de la segunda carta de Pablo a los corintios, también llamada exhortación final. Pablo escribe a la iglesia de Corinto, que por visitas y cartas anteriores, sabía que enfrentaba desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la división y la comunidad. No sorprende entonces que, al final de esta carta, Pablo les recuerde ponerse de acuerdo, vivir en paz y saludarse con un beso sagrado. A través de esto, la gracia de Jesús, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo están con ellos.
Las cartas de Pablo eran específicas de un tiempo, lugar e iglesia. Aun así, los mensajes que se transmiten en ese momento también se nos pueden aplicar hoy. ¿Cuántos de nosotros enfrentamos actualmente un desafío en nuestra iglesia? Escribo esto cuando la Iglesia del año 2020 lidia con una pandemia. Si bien los problemas pueden diferir, la realidad de que el cuerpo de Cristo sufre es la misma. Y de la misma manera, aunque somos desafiados, el llamado de Pablo por la unidad, la paz, el perdón y el amor sigue siendo crucial. Si bien podemos estar en desacuerdo, cambiar, cuestionar, reformar y celebrar, este proceso de ser Iglesia no se realiza solo como personas en un edificio. Este proceso de ser y convertirse en el cuerpo de Cristo se realiza con la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo. A través de esto se nos recuerda lo que significa ser iglesia, cómo Dios está en medio de todo esto, y que los mensajes de las Escrituras todavía son relevantes hoy para nosotros.
- Imagínese que Pablo estuviera escribiendo una carta a la congregación de usted. ¿Qué incluiría esa carta? ¿Qué señalaría Pablo como fortalezas y dones, y qué señalaría Pablo como cosas que necesitan ser cambiadas o mejoradas?
Mateo 28: 16-20
Este pasaje se encuentra al final del evangelio de Mateo y se conoce como la Gran Comisión. Aquí, el Jesús resucitado se aparece a sus discípulos, diciéndoles: “Vayan pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes”. Está bastante claro lo que Jesús está pidiendo, pero me siento inquieta al escuchar estas palabras. Pienso en las diferentes maneras que la religión tiene y está siendo utilizada para oprimir o lastimar a otros. Con aprensión, reflexiono sobre lo que Jesús realmente quiso decir. ¿Jesús realmente quería que fuéramos y e impusiéramos a la fuerza su camino a otras personas? No me imagino que esa fuerza sea lo que Jesús quería, ya que Jesús siempre predicó el amor. Sin embargo, estas son cuestiones que todavía están siendo debatidas por las iglesias, teólogos y cristianos en la actualidad. ¿Cómo hacer discípulos, difundir las Buenas Nuevas y contarle a la gente acerca de Jesús? O, en otras palabras, ¿qué es el evangelismo, y cuándo es perjudicial y cuándo está bien?
Una gran parte de nuestra identidad como cristianos es explorar cómo estos diferentes aspectos de la vida cristiana (el bautismo, la Biblia, la Eucaristía, la adoración y la oración) se desarrollan como personas conectadas a muchos otros sistemas. Jesús nos dice que no forcemos nuestros caminos en otras personas, sino que exploremos cómo las formas en que vivimos como cristianos se conectan con otras personas en nuestras vidas. Así como Jesús tiene un espacio seguro para aquellos a quienes enseñó, curó y oró, debemos permitir que otros decidan si quieren seguirlo. Mientras vivimos nuestro pacto bautismal y exploramos cómo eso se extiende más allá del servicio de los domingos, también podemos tener espacio para invitar a otros en el viaje. Esto se puede hacer rezando por un amigo necesitado, siendo voluntario en un refugio para personas sin hogar, haciendo algo agradable por un extraño o simplemente visitando a alguien que sabemos que está solo. Estas acciones a las que estamos llamados pueden conducir a una conversación sobre la fe y Dios, o simplemente no pueden hacer nada más que poner una sonrisa en el rostro de una persona. De cualquier manera, el amor al que estamos llamados está siendo difundido.
- ¿Qué le habla en este pasaje?
- ¿Cree que hay un lugar para la evangelización en la iglesia moderna?
- ¿Tiene alguna experiencia de haber salido a proclamar a Cristo que fue saludable y vivificante o negativa y no saludable?
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