Por: Coromoto Jimenez de Salazar, Diócesis de Venezuela (IX Provincia)
¡Que privilegio estar aquí de nuevo como Delegada del PB ante UNCSW65!
Este año 2021 lamentablemente continúa la Pandemia COVID -19, con altos índices de contagios y muertes, aunque la vacuna se está aplicando a nivel mundial en la población, la COVID-19 ha causado en el mundo una desestabilización desde todo punto de vista, social, económico, psicológico, deterioro de la salud.
No obstante, UNCSW65 se está realizando Virtualmente del 15 al 26 de marzo, donde las delegaciones estamos tratando de manejar esta modalidad de la mejor manera posible, adecuándonos a las circunstancias y poniendo nuestro mejor esfuerzo para que esta sesión cada hombre y mujer de lo mejor de sí en pro de alcanzar los objetivos propuesto. Hemos participado de la mano con Mujeres Ecuménicas y la Delegación de la Comunión Anglicana.
Esta modalidad de participación a través de la plataforma virtual ha permitido a las Delegación UNCSW65 de la Iglesia Episcopal, interactuar en diferentes Eventos Oficiales UN y Eventos Paralelos de NGO CSW; ha sido un tiempo para conocer cómo ha afectado la pandemia por la COVID-19 en los avances de todos los asuntos convenidos en CSW64, y anteriores conclusiones convenidas. Sin olvidar que queda aún mucho por hacer.
Recordemos que en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, se observan 12 áreas de preocupación que no debemos dejar atrás ya que se interrelacionan con Los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). Según las declaraciones de los Países Miembros de Naciones Unidas La COVID-19 ha sido un motivo lamentable para el retroceso en los avances previos y las repercusiones que ha tenido la pandemia, en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) y el logro de las Metas 2030
Este año se han discutido muchos aspectos que afectan la plena y efectiva participación de la mujer en la vida pública y en la toma de decisiones, así como también en el logro de la igualdad de género y por ende el empoderamiento de todas las mujeres y niñas.
El confinamiento generado por la pandemia COVID-19 ha causado un incremento en las estadísticas en la violencia de género, lo que ha causado una regresión de los logros alcanzados, mujeres y niñas han sido víctimas de violencia extrema llegando al femicidio, acoso sexual, acoso cibernético, embarazos en niñas y adolescentes, abandono escolar.
La falta de empleo ha llevado a las mujeres a tener la mayor carga de las responsabilidades del hogar, trabajo de cuidado: están encargadas de las personas con discapacidad, los niños/as menores de edad, tareas escolares de sus hijos generadas por las clases en línea personas adultas mayores; así mismo las mujeres se han visto en la necesidad de hacerse cargo de la economía del hogar asumiendo trabajos informales, los cuales les ayuda al diario vivir de sus hogares (trabajo productivo, abastecimiento, comercialización por cuenta propia) esto generado por la falta de movilidad en algunos casos; evidenciándose de manera desproporcionada la sobrecarga de responsabilidades, la falta de acceso a la tecnología, falta de acceso a servicios públicos de calidad; lo que ha generado que las comunidades más vulnerable, las comunidades rurales, las comunidades indígenas, las comunidades con pobreza extremas, son aquellas comunidades donde las mujeres se han visto afectadas por las desigualdades, discriminación, entre otras.
América Latina y el Caribe no escapa a esta realidad la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha estado involucrada en este proceso en las discusiones y encuentros regionales de las ONGs y la Sociedad Civil.
El tema prioritario de este año “La participación plena y efectiva de las mujeres y la toma de decisiones en la vida pública, así como la eliminación de la violencia para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas”.
Las conclusiones convenidas de CSW60 fueron el tema del examen “El empoderamiento de la Mujer y su relación con el Desarrollo Sostenible”
La Declaración del Obispo Primado y Presidente de la Iglesia Episcopal prioriza en su contenido en tres aspectos fundamentales:
- Se debe dar prioridad a las mujeres marginadas en la planificación, asignación de recursos y programas.
- Aumentar el acceso de las mujeres al poder y a los puestos de toma de decisiones.
- Promover la educación para la igualdad de género y erradicar la violencia contra las mujeres y niñas
Esto nos lleva a preguntarnos como la Iglesia Episcopal puede involucrarse en estos asuntos, que puede hacer la iglesia.
Las provincias pueden involucrarse en sus diferentes contextos, en lo referente a la Provincia 9 siguiendo la programación después de nuestro primer encuentro Conversatorio Beijing +25 se puede pensar en un programa ajustado a la realidad y a la nueva normalidad, siguiendo la modalidad virtual donde cada diócesis se involucre con el tema prioritario y sus derivaciones, la iglesia está llena de líderes talentosos que pueden apoyar esta iniciativa (mujeres, mujeres ordenadas, mujeres y jóvenes profesionales destacados).
Además este programa se le dará continuidad para las nuevas generaciones. Según ONU Mujeres:
“La Generación Igualdad exige igualdad en la remuneración, igualdad a la hora de compartir el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, poner fin al acoso sexual y todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, servicios de salud que respondan a sus necesidades, y su participación en pie de igualdad en la vida política y en la toma de decisiones en todas las esferas de la vida, el llamado es a involucrarnos en el Foro Generación Igualdad”.
Respaldados por los intereses de la iglesia y el interés de la Convención General en sus diferentes discusiones relacionadas a la justicia social y la equidad de género. Estamos llamados a la acción de abogacía y defensa, en la misión y los ministerios de la iglesia, a nivel individual, grupal, parroquial, comunitario, diocesano y provincial, respetando las diferencias y adaptándonos a los cambios, esto nos abre las posibilidades de compartir historias, experiencias, haciéndole justicia a la Declaración Escrita del Obispo Presidente y los interés de la Iglesia en todo su contexto.
Sera interesante escuchar a las mujeres ordenadas de nuestra iglesia y saber cómo estos asuntos les afecta en su ministerio, escuchar a los hombres ordenados de nuestra iglesia, escuchar a los Obispos, escuchar a los niños/as, escuchar a mujeres indígenas de nuestras comunidades, será interesante escuchar a mujeres rurales, escuchar a mujeres con discapacidad, mujeres y niñas vulnerables de nuestras congregaciones, a mujeres, jóvenes y niñas afro descendientes, mujeres migrantes y refugiadas, mujeres viudas, mujeres mayores, comunidad LGTBQ, será interesante escuchar las voces. Involucrando a toda la sociedad, OBFs, ONGs y todas las partes interesadas.
El objetivo principal de la Delegación UNCSW65 es llevar a casa concientizar y llevar a casa estas preocupaciones para que a través del discernimiento TEC pueda concientizar la problemática que viven las mujeres y niñas de nuestras comunidades y así visibilizarlas. Todo esto considerando el tiempo antes durante y pensar en el después de la Pandemia COVID-19, para tomar acciones que vayan en el logro de la justicia social enmarcados en el Movimiento de Jesús y el Camino del Amor y La Comunidad Amada, liderado por nuestro Obispo Presidente Michael Curry. Todos unidos y No dejar a nadie atrás
¿Está la iglesia dispuesta a abordar este tema en pro de la igualdad, aceptación, libertad, confianza conjuntamente con las partes interesadas?
¿Qué piensan al respecto de esto?
¿Cuál es la Ruta que debemos seguir?
¿Qué está haciendo la Iglesia?
¿Dónde ven a la Iglesia en estos momentos?
¿Cómo puede capacitarse la iglesia, para erradicar la violencia?
¿Está la Iglesia abordando estos temas?
¿A que estamos llamados?
¿Cuáles son nuestros desafíos?
En la Declaración Escrita de la Iglesia Episcopal UNCSW65 el Obispo Presidente Michael Curry dice:
“Como cristianos, creemos que Dios creó a todos los seres humanos por igual a la imagen de Dios y dignos de dignidad, amor, libertad y relaciones vivificantes con Dios, entre nosotros y con la creación. Nuestras Escrituras, el camino de amor de Jesús y nuestro convenio bautismal nos llaman a amar a Dios y a los demás como a nosotros mismos y a buscar y servir a Cristo en todas las personas. Nuestra esperanza cristiana incluye transformar los injustos sistemas de opresión, desafiar la violencia y buscar la paz y la reconciliación. Respondiendo a la abundante gracia y amor de Dios, afirmamos el llamado a empoderar a las mujeres y niñas, celebrar su diversidad, honrar a sus precursores y dar la bienvenida a las próximas generaciones”.
Palabras sabias que invitan a la reflexión y al discernimiento como cristianos y hermanos en la fe.
Sobre la autora: Pragedes Coromoto Jiménez de Salazar, Diócesis de Venezuela (IX Provincia) se desempeñó como Representante de Mujeres de la Iglesia Episcopal para la Provincia IX de 2006 a 2012 y ha servido en el equipo de Mujeres Ecuménicas, y como activista en la prevención del VIH-SIDA y la violencia de género. Fue delegada del obispo presidente en las reuniones UNCSW 59, UNCSW 61, UNCSW 62 y UNCSW 64. Ella enfoca su liderazgo en Misión, Visión y Ministerio Social y en promover el empoderamiento de las mujeres dentro y fuera de la Iglesia Episcopal. Se desempeñó en el Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal de 2012 a 2018 y como diputada a las Convenciones Generales 78 y 79. Ha realizado estudios superiores en Trabajo Social, Diplomado en Teología y Sociedad. Forma parte del Equipo de Migración en América Latina y el Caribe. Coromoto se desempeñó como delegado del Obispo Presidente en UNCSW 64 en 2020. Coromoto sirve como delegada en la delegación UNCSW 65 del Obispo Presidente.