Bulletin Insert: Week 5: Reflections on the Resurrection – May 22, 2022

During the Easter season, Sermons That Work is pleased to present reflections from bishops of The Episcopal Church on the resurrection of our Lord. Check back each week for a brief exploration of how Jesus Christ’s rising from the grave changes everything. To listen to this reflection, scan the QR code on this page and subscribe to the Sermons That Work podcast.

Fairy tales, fables, and Bible stories offer us narratives to live by. While the stories are deep and transforming, we often tend toward the soundbites of wisdom that may have stemmed from the Bible or other literary treasure.

“Honesty is the best policy.”
“Don’t bite the hand that feeds you.”
“Where there is a will there is a way.”

As a child, I went to church and Sunday school. Content was delivered in simple terms. Matters of faith stayed on the level of repetition of familiar stories and pithy wisdom. As most children are, I was drawn to the liturgy. In “big” church there were symbols and rituals to explore. There was an intriguing story unfolding each Sunday – and in myself. The liturgy carried us to the table where the feast of bread and wine, body and blood, was to be found. There our personal narrative merged with that of Jesus. The death and resurrection we know in the Christian story was our story too.

“Jesus died and rose again.”
“Jesus died so we might live.”

These can be pithy phrases as well. They could easily appear on a billboard. When we are baptized into the death and resurrection of Jesus Christ, we bravely step into the rhythm of dying and rising as we move through the ups and downs of life. It is the physical process of death and resurrection in nature that generates new life, and it is the spiritual equivalent that brings forth new life within us. We see the posture in Jesus’ body; arms outstretched, suffering, and yet, bearing an open and accepting heart. Welcome death. Both physical and spiritual deaths take us to a darkness we cannot imagine. Resurrection always comes and delivers us to a light that in its grace and beauty is unspeakable. Life is not the same but new life has emerged.

I have found in my own life that while I may not understand intellectually what is happening as life’s circumstances invite me to welcome the process of death and resurrection, my Christian journey has formed me to trust this spiritual process. After all, it is the heart of our Christian faith. Knowing it is true one can hold fast to deep peace despite the worst that life offers. In the darkness we can wait until light and new life comes again.

This season, may you dwell deeply in the Easter story, dying and rising with the living God we know in Jesus Christ. May your trust in the process of death and resurrection increase, and may new life make you a beautiful witness to the glory of God!

 +Mary Gray-Reeves
Easter 2022

This text, entitled “Death and Resurrection Isn’t Just for Jesus,” was written by the Rt. Rev. Mary Gray-Reeves, who served as Bishop Diocesan of El Camino Real from 2007 until 2020. She now serves as the Managing Director of The College for Bishops of The Episcopal Church, supporting the education and formation of all bishops in The Episcopal Church. She makes her home in Charlotte, North Carolina.

22 de mayo de 2022 – Pascua 6 (C)
Semana 5: Reflexiones sobre la Resurrección

Durante el tiempo de Pascua, Sermones que iluminan se complace en presentar las reflexiones de obispos de la Iglesia Episcopal sobre la resurrección de nuestro Señor. Revise cada semana para una breve exploración de cómo la resurrección de Jesucristo de la tumba lo cambia todo.

Los cuentos de hadas, las fábulas y las historias bíblicas nos ofrecen narrativas para vivir. Si bien las historias son profundas y transformadoras, a menudo tendemos hacia los fragmentos de sabiduría que pueden haber surgido de la Biblia u otro tesoro literario.

“La honestidad es la mejor política”.

“No muerdas la mano del que te da de comer”.

“Donde hay voluntad hay un camino”.

“De niña, iba a la iglesia y a la escuela dominical. El contenido se nos daba en términos simples. Los temas de la fe permanecían en el nivel de repetición de historias familiares y sabiduría concisa. Como a la mayoría de los niños, me atraía la liturgia. En la iglesia “grande” había símbolos y rituales para explorar. Había una historia intrigante que se desarrollaba cada domingo, y en mí misma. La liturgia nos llevaba a la mesa donde se encontraba la fiesta del pan y del vino, del cuerpo y de la sangre. Allí nuestra narrativa personal se fusionaba con la de Jesús. La muerte y resurrección que conocemos en la historia cristiana también era nuestra historia.

“Jesús murió y resucitó”.

“Jesús murió para que nosotros pudiéramos vivir”.

Estas también pueden ser frases concisas. Podrían aparecer fácilmente en una valla publicitaria. Cuando somos bautizados en la muerte y resurrección de Jesucristo, entramos valientemente en el ritmo de morir y resucitar a medida que avanzamos a través de los altibajos de la vida. Es el proceso físico de la muerte y la resurrección en la naturaleza lo que genera nueva vida, y es el equivalente espiritual lo que produce nueva vida dentro de nosotros. Vemos la postura en el cuerpo de Jesús; brazos extendidos, sufriendo y, sin embargo, con un corazón abierto y receptivo. Bienvenida la muerte. Tanto la muerte física como la espiritual nos llevan a una oscuridad que no podemos imaginar. La resurrección siempre llega y nos entrega a una luz que, en su gracia y belleza, es inefable. La vida no es la misma, pero ha surgido una nueva vida.

He descubierto en mi propia vida que, si bien es posible que no entienda intelectualmente lo que está sucediendo, ya que las circunstancias de la vida me invitan a dar la bienvenida al proceso de la muerte y la resurrección, mi jornada cristiana me ha formado para confiar en este proceso espiritual. Después de todo, es el centro de nuestra fe cristiana. Sabiendo que es verdad, uno puede aferrarse a una paz profunda a pesar de lo peor que ofrece la vida. En la oscuridad podemos esperar hasta que vuelva la luz y la nueva vida.

En esta temporada, que usted viva profundamente la historia de la Pascua, muriendo y resucitando con el Dios vivo que conocemos en Jesucristo. ¡Que aumente su confianza en el proceso de la muerte y la resurrección, y que la vida nueva os convierta en un hermoso testimonio de la gloria de Dios!

+Mary Gray-Reeves, Pascua 2022

Este texto, titulado “La muerte y la resurrección no son solo para Jesús”, fue escrito por la Rvdma. Mary Gray-Reeves, que se desempeñó como obispa diocesana de El Camino Real del 2007 al 2020. Ahora es directora general del Colegio para los Obispos de la Iglesia Episcopal, apoyando la educación y la formación de todos los obispos en la Iglesia Episcopal. Vive en Charlotte, Carolina del Norte.

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