Bulletin Insert: Epiphany Bible Study: Week 5 – February 9, 2025
During the season of Epiphany, The Episcopal Church’s Office of Global Partnerships is offering a weekly Bible study prepared by writers across the church and Anglican Communion. Each piece, consisting of the Sunday readings, can be studied alone, in small groups, or even with a congregation. You can find the whole study for each week at www.sermonsthatwork.org. This week’s study for Epiphany 5 (C) was written by the Rev. Sharack Owuor, a priest formed in Butere, Uganda, currently serving as the rector of Grace Episcopal Church in Port Huron, Michigan.
Isaiah 6:1-8
6 In the year that King Uzziah died, I saw the Lord sitting on a throne, high and lofty, and the hem of his robe filled the temple. 2 Seraphs were in attendance above him; each had six wings: with two they covered their faces, and with two they covered their feet, and with two they flew. 3 And one called to another and said,
“Holy, holy, holy is the Lord of hosts;
the whole earth is full of his glory.”
4 The pivots on the thresholds shook at the voices of those who called, and the house filled with smoke. 5 And I said, “Woe is me! I am lost, for I am a man of unclean lips, and I live among a people of unclean lips, yet my eyes have seen the King, the Lord of hosts!”
6 Then one of the seraphs flew to me, holding a live coal that had been taken from the altar with a pair of tongs. 7 The seraph touched my mouth with it and said, “Now that this has touched your lips, your guilt has departed and your sin is blotted out.” 8 Then I heard the voice of the Lord saying, “Whom shall I send, and who will go for us?” And I said, “Here am I; send me!”
Commentary from Shadrack Owuor
Isaiah is overwhelmed by the majesty of God. The seraphim’s cry, “Holy, holy, holy is the Lord of hosts; the whole earth is full of his glory,” reveals the unmatched holiness of God. Confronted with God’s splendor, Isaiah is painfully aware of his sinfulness, exclaiming, “Woe is me! I am lost.” Yet God does not leave him in despair. The seraph cleanses him with a live coal, a powerful symbol of forgiveness and purification. Set free from guilt, Isaiah responds eagerly to God’s call: “Here am I; send me!”
Isaiah reminds me of our own lives, especially those moments when we feel unworthy in the face of God’s holiness. However, through Christ, we are encouraged that our sins are blotted out, freeing us to embrace our calling as messengers of his love. We cannot encounter the holy God and remain the same.
Discussion Questions
- How does God’s grace free you to respond to his call?
- How do the holiness and love of God inspire both awe and action in you?
9 de febrero de 2025 – Epifanía 5 (C)
Estudio bíblico de la Epifanía: Semana 5
Durante el tiempo de Epifanía, La Iglesia Episcopal ofrece un estudio bíblico semanal preparado por escritores de toda la Iglesia y la Comunión Anglicana. Cada pieza, compuesta por las lecturas dominicales, puede estudiarse en solitario, en pequeños grupos o incluso con una congregación. Puede encontrar el estudio completo de cada semana en www.sermonsthatwork.org.
El estudio de esta semana para Epifanía 5 (C) fue escrito por el Rev. Sharack Owuor, un sacerdote formado en Butere, Uganda, que actualmente sirve como rector de la Iglesia Episcopal Grace en Port Huron, Michigan.
Isaías 6:1-8
6 El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono muy alto; el borde de su manto llenaba el templo. 2 Unos seres como de fuego estaban por encima de él. Cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían la cara, con otras dos se cubrían la parte inferior del cuerpo y con las otras dos volaban. 3 Y se decían el uno al otro:
«Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso;
toda la tierra está llena de su gloria.»
4 Al resonar esta voz, las puertas del templo temblaron, y el templo mismo se llenó de humo. 5 Y pensé: «¡Ay de mí, voy a morir! He visto con mis ojos al Rey, al Señor todopoderoso; yo, que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros.»
6 En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había tomado de encima del altar, 7 y tocándome con ella la boca, me dijo:
«Mira, esta brasa ha tocado tus labios.
Tu maldad te ha sido quitada,
tus culpas te han sido perdonadas.»
8 Entonces oí la voz del Señor, que decía:
«¿A quién voy a enviar?
¿Quién será nuestro mensajero?»
Yo respondí:
«Aquí estoy yo, envíame a mí.»
Comentario de Shadrack Owuor
Isaías se siente sobrecogido por la majestad de Dios. El grito del serafín: « Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria», revela la inigualable santidad de Dios. Frente al esplendor de Dios, Isaías es dolorosamente consciente de su pecaminosidad, exclamando: «¡Ay de mí, voy a morir». Sin embargo, Dios no lo deja en la desesperación. El serafín lo limpia con una brasa, poderoso símbolo de perdón y purificación. Liberado de la culpa, Isaías responde con entusiasmo a la llamada de Dios: «¡Aquí estoy yo, envíame a mí.»
Isaías me recuerda nuestras propias vidas, especialmente esos momentos en los que nos sentimos indignos ante la santidad de Dios. Sin embargo, Cristo nos anima a borrar nuestros pecados, liberándonos para abrazar nuestra vocación como mensajeros de su amor. No podemos encontrarnos con el Dios santo y seguir siendo los mismos.
Preguntas de discusión
- ¿Cómo te libera la gracia de Dios para responder a su llamada?
- ¿De qué manera la santidad y el amor de Dios inspiran en ti asombro y acción?
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